miércoles, junio 27, 2007

Todo bajo control.

Hace más de quince años, cuando todavía quedaba gente que pensaba que las cosas podían cambiarse, firmé junto con catedráticos y otros juristas, un manifiesto a favor de la despenalización del tráfico de drogas. Era una propuesta elaborada y razonable que incluso proponía un texto para una futura regulación atribuyendo a las drogas duras una consideración similar a algunos medicamentos (sancionando su tráfico con menores o incapaces) y tratando el hachís de forma similar a la ginebra o licores de similar graduación. Recuerdo que la primeras reflexiones que me acercaron a esa forma de pensar, surgieron a partir de un juicio en el que el fiscal pedía tres años de cárcel a un individuo que había sido sorprendido vendiendo una papelina de cocaína a otra persona. Lo que llamó mi atención de aquel caso es que el comprador, de unos cincuenta años, era un conocido médico pediatra de la localidad. Esa circunstancia era irrelevante jurídicamente. Entonces empecé a preguntarme cómo era posible que las leyes protegieran la salud de un hombre adulto, que además era médico, perfecto conocedor de lo que consumía y en una privilegiada posición social, castigando a otro a ingresar en prisión. Algo fallaba allí, algo se escondía detrás de aquello. Tirando de aquel hilo, buscando explicaciones, llegué a la magnífica obra de mi admirado Antonio Escohotado “Historia General de las Drogas” (Libro de Bolsillo, Alianza Editorial, Madrid). Finalmente comprendí el escenario que construye la primera mitad del siglo XX a escala universal y sobre el que nace y se desarrolla uno de los grandes negocios de nuestros días.
En aquellos remotos años, un grupo no muy numeroso de conciudadanos, pensaban que el sentido común y la razón podían impulsar la reforma de las leyes para, sin estridencias ni grandes sobresaltos, ir cambiando poco a poco una sociedad con zonas oscuras, nido de injusticias y sufrimiento.
Qué tiempos.
En estos primeros días de un verano sevillano sorprendentemente fresquito, a mediado el 2007, alguien ha decidido que el asombroso incremento del consumo de cocaína en España sea noticia de telediarios, boletines de radio, periódicos y gacetillas gratuitas. La probada inutilidad de la sanción penal va así acreditándose inexorablemente. Los prejuicios, el miedo y la ignorancia marcan el paso con orgullo. Los narcotraficantes, grandes beneficiarios del actual régimen legal de prohibición, han ganado la batalla ante la opinión pública por amplia goleada. Hoy ya nadie o casi nadie en su sano juicio se plantea ningún cambio en ese régimen legal perfectamente inútil para cumplir el objetivo que lo justifica.
Hoy los grandes capos del narcotráfico pueden estar tranquilos. Su negocio no solo no peligra, sino que apunta cada día mayores incrementos.
Todo bajo control.




sábado, junio 23, 2007

Canço de Rarevera ( Lluis Llach).



Quiero cantar para decirte

que un mundo nuevo está ya dentro del que vemos,

y vale la pena, si te lo pide el corazón,

que arriesgues ya, intentando encontrar y conseguir...

el gozo, el gozo del camino,

la bella travesía hacia un mundo mejor.


No me arrepiento de estos sueños,

ni de querer hacer posible lo imposible,

y si no llego a donde quiso el corazón,

te entregaré el testigo de mi voz, guardándome...

el gozo, la dicha de escucharte

sabiendo así que avanzarás un poco más.


No puedo más y aún te aseguro,

un mundo nuevo está esperando en cada estrella.

No es solo un sueño,

es más la urgencia del dolor

de tanta gente que todo lo perdió, todo menos...

el gozo, la dicha de inventarse

un digno amanecer donde vivir en paz.




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martes, junio 19, 2007

(Gafas de sol). Diario de un paranoico razonable. 10.

Puedo aceptar casi todo. Que tiendo a ver las cosas desde un punto de vista muy negativo. Que el hecho de que seamos humanos no nos atribuye necesariamente ninguna excelencia y que por ello no hay que sufrir demasiado. Que el funcionamiento de una sociedad compleja y multitudinaria requiere de unos mínimos mecanismos de alienación, un cierto atontamiento generalizado, unos medios elementales de control de las mentes, para asegurar la estabilidad deseable, la previsibilidad de la inmensa mayoría de las historias personales, las improvisaciones mínimas. Lo acepto, pero dime, sin te quitan los ojos, ¿qué te queda? ¿qué me das? ¿quién eres?. Entonces queda solo el envoltorio, la pura silueta vacía, sin contenido, el puro mecanismo que permite andar, comer, dormir, hacer ruidos con la boca y un día, dejar de funcionar, como un juguete que se quedó sin pilas. Dime, sinceramente, sin la mirada, ¿qué soy, qué queda de mi? Incluso las civilizaciones más represivas, incapaces de imaginar un pensamiento libre, un movimiento sincero del alma hacía donde ella quiera llevarte. Incluso las culturas que hacen de la vida una antesala de la muerte. Incluso esos pueblos no se atrevieron a quitarnos eso: los ojos, tu mirada. Ese lugar por donde puedes ver a la persona. El único reflejo vivo del alma, de eso único que a cada uno nos corresponde ser.
Eso es lo que nos quita esa moda en alza del burka inverso de las gafas de sol. A quién miro, a dónde deposito mi mirada. ¿Hay alguien, hay algo ahí detrás? Me cuesta relacionarme con quien me esconde sus ojos. Qué esperas recibir de mí si ni siquiera me confías tu mirada. Si no me das tus ojos, quédate con lo demás, no me interesa.
Puedo aceptar casi todo, pero déjame que vea tus ojos.
Se que estoy enfermo, pero veo cada vez más muñecos sin ojos por la calle. Muñecos. Ni siquiera con la mirada escondida. Me temo que sin mirada.
Ese burka inverso de las gafas de sol.

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domingo, junio 17, 2007

Una tarde con su ausencia.

Su recuerdo y su ausencia como un lazo invisible y secreto, también como una presencia. Soledad y silencio de no estar contigo. Ella ha venido desde Alicante y nosotros desde Cádiz. Una noche de fuego y árboles negros. Las parejas siempre son complementarias. Murió sobre el trigo un niño que no conocía a nadie, le besaron las balas al caer la mañana. Nos miramos a los ojos con la certeza de encontrar a alguien cercano, sentíamos y veníamos a celebrar la alianza metálica y cierta de tus canciones. Bastaba con enseñar la señal indeleble del recuerdo de Hilario en tu corazón y te abrían la puerta. Gracias sinceras a esa familia de mirada limpia, de brazos abiertos, de salón abierto, de cocina y frigorífico siempre abiertos. En este rincón Hilario venía a respirar y curarse las heridas de la gran ciudad. Y ese llanto salado moja tu paladar El cielo gris como un presagio, el césped verde y acogedor, la mesa grande para compartir el líquido sagrado de esta tierra (la cruzcampo) y del mundo (el vino rojo). Las guitarras buscando aquella canción. Un anfitrión enorme feliz, nervioso y descalzo se afanaba por intercambiar nombres y destinos. A su lado ella, amable contrapeso, era capaz de seguir mirando a los ojos encendidos de los miembros de aquella tribu sonriente y desorientada, manteniendo los pies en el césped: advertía que faltaban sillas, preparaba la tortilla de patatas y dejaba a su Guru que siguiera flotando, haciendo fotos, atropellado en su intento permanente e imposible de estar en todos lados, de querer a todos al mismo tiempo. Entonces llegaron Rocío y David. Se ocultan en ti anémonas y lunas, se ocultan en ti. Las palabras del foro tenían ya una cara y las canciones brotaban espontáneas mientras la luz insegura de una tarde gris de Junio se iba apagando. Viejas historias y otros músicos que ya no están: Silvio. Los guitarristas poseídos punteaban solos de Eric Clapton y se adentraban en nombres míticos de viejos Lps que recitaban como oraciones de una religión desaparecida. Sonó también un piano y del fondo de un armario perdido para siempre, Rocío sacó el plano del tesoro. Allí están recogidas y ordenadas las fórmulas magistrales de las medicinas que un día nos salvaron de la mediocridad, los códigos fuente que un día como un virus sonoro reprogramaron nuestra forma de ver las cosas. Gracias, gracias. Qué bien sentirse bien, respira el corazón, late muy fuerte la piel, el alma y la razón, se dan la mano, puedo avanzar atrás, pasar del porvenir, cuadrar un circulo, llegar al infinito y demostrar que dos por dos son tres, qué bien sentirse bien.
Llegó la noche y la luz de la queimada alumbró la voz, también dulce y encendida de Ignacio Lobo. Nos visitó una Princesa de Cera, amable e invisible y otra vez Conchita se cubrió las piernas afanosamente. Nos dimos las manos vacías y las llenamos con las tuyas. Entonces Toi cogió la guitarra y eso te llegó al alma. Así que nos lloviste para que tuviéramos el agua en nuestros cabellos, con ese humor negro y tierno, tan tuyo por otra parte.

Luego veremos las fotos y las caras congeladas en la risa o la emoción.
Pero dentro llevo y aquí lo escribo la alegría inmensa de haber estado allí. Miro a todos lados y busco alguien a quien agradecer la suerte, el privilegio de haber vivido aquellos momentos.
Me quedo con el gozo y el orgullo de estar entre los tuyos.
Y te digo gracias, y os digo gracias sintiendo otra vez con rabia, la desesperante limitación de las palabras para expresar lo que siento.
Fue en casa de Toi, el día 15 de Junio del 2007.


martes, junio 12, 2007

Capítulo 31. "Sigue contándome".

- “En principio la idea es bonita y bien sencilla. Después de los bombardeos en Sarajevo, la Biblioteca Nacional se quedó hecha unos zorros Por lo que me cuenta un vecino y amigo de la calle Kaptol 28, durante el cerco que sufrieron entre el año noventa y dos y el noventa y cinco, salías a comprar el pan y volvías con una pierna amputada. Cuántas heridas abiertas por el germen corrosivo del nacionalismo, en éste caso de los serbios. Te cuenta y no acaba. Dice que el vio perfectamente cómo cayeron las bombas sobre la biblioteca y cómo ardían por millones, libros, manuscritos, documentos históricos. Qué poquito el gusta a esa gente lo de los libros. Te das cuenta que es siempre igual.
Habían pasado meses sin que Quijares y Ricardo pudieran encontrarse en la tranquilidad del apartamento que el inspector madrileño mantenía después de renovar por un año más el alquiler y conseguir que le cambiaran la ducha que definitivamente, a pesar de diferentes chapuzas, no funcionaba. El otoño estaba siendo especialmente lluvioso y se habían sucedido los viajes y los compromisos profesionales. La relación de Collen y Ricardo iba cuajando mes a mes y, sin duda, era otro factor que explicaba las dificultades para encontrar la el lugar y el momento para reencontrarse y comentar los últimos y decisivos acontecimientos en esa historia apasionante, pero escondida, que entre los dos estaban escribiendo.
El gobierno español había acordado reconstruir la Biblioteca Nacional de Sarajevo en el marco de los programas de ayuda al pueblo Bosnio programados y costeados en su mayor parte por la Unión Europa, pero gestionados en éste caso por el Ministerio de Cultura español. La semana había sido especialmente agitada pues habían tenido lugar en diferentes sedes, las distintas firmas de acuerdos y protocolos de actuación, y el embajador tenía una presencia necesaria y privilegiada. Después de la enésima escolta móvil hasta el aeropuerto, Ricardo había concluido sus funciones y, por fin había encontrado un hueco para escaparse al apartamento de Quijares. A su novia le había contado que tenía que organizar nuevos eventos para el sábado y que se quedaría hasta tarde en la embajada. Era la primera vez que le contaba una milonga para no quedar con ella y eso le hizo pensar que aquella relación podía ser la definitiva. Después del tercer bote de Sarajeska, que era la cerveza preferida de Quijares, auqnue Ricardo prefería la Premium, tenía necesidad de rajar, de soltar todo el veneno que había acumulado aquella semana , antes de charlar, sin prisa y relajado de su historia.
-“ La cosa es bonita y simple: España ayuda a reconstruir la Biblioteca Nacional. Me parece bien, pero ¿sabes cuantos han venido para empezar el proyecto? .No te lo vas a creer: ciento treinta y cinco. Por mis cuentas, solamente una veintena han trabajado algo. Lo demás de turismo y, más de la mitad acompañantes. Qué maravilla. Y lo peor es que todos quieren sentirse seguros con un coche oficial y un escolta y, por mucho que te esfuerces al final todos se van cabreados. “

Un silencio después de la larga perorata dejó entrever que, como hacía ya tanto tiempo, ambos vivían con una doble pista en sus mentes. Una de ellas estaba ocupada siempre por su aventura oculta. Tras el silencio, se miraron y no necesitaron explicar en qué estaban pensando. Quijares se acomodó en el sillón y después de encender un pitillo y sin mirar empezó a contarle:

- “La situación es exactamente la que imaginábamos. Lo primero que he confirmado estos días en Sofía es que siguen mosqueados conmigo. Mandaron a otro chaval jovencísimo y super listo. Me dijo que no me preocupara, pues eran medidas de seguridad interna que estaban sufriendo todos. Los de la nueva dirección tienen la sensación de que tienen topos infliltrados en todas partes y para hacer cualquier movimiento, están estudiándolo siete días antes. Me dijo que incluso un ingeniero industrial esta estudiando las filtraciones, como si toda la organización fuera una máquina. Me habló de unos esquemas de seguridad muy complicados…Tenía la sensación de que intentaba consolarme. La verdad es que era un poco ingenuo y después de cuatro cubatas me contó las tres reuniones programadas, casi al pie de la letra. Cada cinco minutos decía: esto queda entre tú y yo. La verdad es que casi nunca había salido del caserío y estaba fascinado con su primera experiencia exterior. Necesitaba contárselo a alguien y solo tuve que darle unos cuantos golpecitos en el hombro. Cuando lo vieron los del turbante, querían retirarse por entender que era un interlocutor demasiado joven. Me contó que pensó en contármelo para arreglarlo, pero aguantó el tirón y al final aceptaron. Pero incluso el reconoce que la imagen de a organización quedó un poco tocada. Me imagino que cuado empezara a hablar idiomas, como lo hace este chaval, se darían cuanta de que, a pesar de su juventud es un tipo muy valioso.
Ricardo cambio radicalmente su actitud y escuchaba con atención la narración que Quijares le hacía de los pormenores de la que había sido, primera reunión entre los del Norte y los del turbante, celebrada casi un mes antes en Sofía y de la que habían sido sus gestores por encargo de la organización.
- “ Pero como te decía, nada nuevo o que no esperáramos". En ese sentido un poco decepcionante. Parece que tiene miedo de que estos contactos se filtren internamente, pues del debate después del leñazo en las do torres, ha quedado una necesidad casi neurótica en todas las bases de diferenciarse de los integristas religiosos. Ya sabes, su discurso conocido, nosotros somos revolucionarios y no integristas religiosos, como ellos. Pero a pesar de todo, necesitan dinero y, sobre todo agujeros nuevos donde esconderlos, después de que el del bigote les haya dejados sin una hucha tranquila. Los otros tiene claro que quieren golpear fuerte al del bigote. Dicen que ha modificado acuerdos implícitos y no tienen duda de que eso no puede hacerse impunemente. En cuestiones de inteligencia, es increíble, pero parece que todos tirios y troyanos, gobiernos y maleantes, piratas y embajadores, se guardan un respeto reverencial y exigen atenerse a las formas. Si el bigotes quería cambiar el criterio tradicional de hacer la vista gorda a las células islamistas con base en España, debía haberlo hecho por las buenas, según ellos. Y eso significa, haberles avisado del cambio de criterio para que pudieran replantearse sus estrategias y sus localizaciones. Pero dicen que es intolerable que les haya traicionado actuando por sorpresa. Y les debe haber hecho mucho daño. Parece que el noventa por ciento de la información de lo ocurrido en las torres que se cayeron, procede de los servicios de inteligencia españoles. Eso dice en Peio este que le contaron. Lo tiene claro, quieren darle duro. Dicen que la anterior política de tolerancia estaba pactada y que hay terceros países afectados. Supongo que los vecinos nuestros del sur.
Ricardo le interrumpió:
- “¿Y sabes si estos del sur se han metido en el ajo también?
- “No lo pudo asegurar, pero dice que le dijeron que hay otras personas dispuestos a ayudarles y con importantes contenidos de inteligencia para ponerlos a su disposición. Me imagino que eso son los del sur.
- “No pueden ser otros”
- “La cosa es que necesitan información, materiales e incluso gente. Los del norte, me parece que no están dispuestos a darles gente, pero materiales y toda la información que tengan si. la cuestión es ponerse de acuerdo en el precio y eso. Esos tío parece que tienen toda la pasta que quieran. Viven con cuatro trapos, pero creo que llegaron a Sofia en helicóptero. Me contó también que han iniciado contacto con gente de la oposición”.
- “Si que están cotizados”.
- “La verdad es que así es. Y no te imaginas como eso les alimenta la autoestima. Están encantados de haberse conocido”.
- “Sigue, sigue contándome”.


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sábado, junio 09, 2007

"-¿Qué tengo?-insistí."


Claro que tendría que poder leer en húngaro para poder hacer un juicio con propiedad. Ese fue el idioma en que escribió su obra y la lengua que él consideró como su único territorio vital. Pero a pesar del tamiz de la traducción, diré que la prosa de Sándor Márai me ha seducido desde la primera frase de “ El último encuentro”, hasta la última de “La hermana” que termino ahora, en el momento de escribir éste post .(" Y está bien que así sea, pues aunque la melodía nunca tiene un significado, lo dice todo, todo lo que no puede decirse con las palabras").
Sus obras autobiográficas “Confesiones de un burgués” y “¡Tierra, tierra!”, nos ofrecen una minuciosa y desgarradora crónica de la trágica historia del siglo XX en Europa. Aparece entonces otro escritor que se convierte en reportero de una experiencia vital que nos muestra, por un lado todo lo que la IIGM fue capaz de destruir, y por otro, la llegada del régimen comunista a un país percibida desde los ojos de un intelectual centroeuropeo como el proyecto organizado políticamente de secuestrar el alma de los ciudadanos. Ambas obras descubren la precisión espectacular de sus descripciones fotográficas y la arquitectura sabia de cada una de sus frases, pero carecen del ingrediente esencial de la novela: el argumento.
Es precisamente la metódica e inteligente elaboración de la trama argumental de sus novelas, lo que te atrapa desde el primer capítulo. Cuando página a página vas desnudando cada una de sus historias, comprendes que, en lo esencial siempre escribe alrededor de un par de pulsiones profundas: el desengaño amoroso y el misterio de un instante, un hecho, que da significado y contenido a toda una vida. Su capacidad de describir los sentimientos más profundos de cada uno de sus personajes los hace inmediatamente reconocibles por cada uno de nosotros.
En “La Hermana”, a pesar de la presencia, de nuevo, de un triangulo sentimental y del persistente intento de describir el último rincón del alma humana, Márai se sitúa en una circunstancia vital frecuente en nuestras vidas a pesar de nuestro disimulo, pues resulta difícil mirarla directamente a los ojos: la enfermedad.
Siempre he pensado que entre la obviedad estrictamente material y física de la fractura de un hueso y la inexplicada y oscura naturaleza de la depresión, como enfermedad del alma, aparece un vasto territorio en donde resulta imposible encontrar la frontera entre “la enfermedad”, como dato objetivo y “el enfermo” como estado de ánimo o forma de ser. Dicho de otra forma, la opción entre “la sanación” como efecto de mera actuación de sustancias químicas o de intervenciones quirúrgicas y la salud como acto de voluntad personal, como apuesta profunda por la Vida. El reto de adentrarse, sin prisa y sin temor en ese territorio desconocido, es precisamente el impulso que mueve en ésta ocasión la pluma sabia y valiente de éste admirado escritor. Las reflexiones íntimas de un famoso pianista que cae enfermo son el soporte de ese viaje apasionante hasta regiones de nuestro interior, inexploradas, pero también intimamente reconocibles.
Simplemente sobrecogedor.

Es sábado de puente y a pesar de que son cerca de las diez de la mañana la calle sigue tranquila. Puedo escuchar el silbido inarmónico y sin esperanza de un afilador de cuchillos, que me trae recuerdos de mi infancia. Entonces detrás de la melodía siempre distinta y parecida de cada silbido, escuchaba el sonido rítmico de alguna escoba barriendo la acera. De vez en cuando la voz reconocible de alguna vecina reclamaba sus servicios. Ahora se aleja sin pausas y su melodía deslavazada parece de otro mundo.

martes, junio 05, 2007

Los pistoleros.


Han decidido que, de nuevo, cuando les parezca conveniente mandarán a un secuaz a disparar en la nuca de un ciudadano indefenso que espera el autobús. Puede ser que sea usted o su mejor amigo, puedo ser cualquiera: ellos tienen la potestad de decidir sobre nuestra vida. Y después de haber suspendido tan interesante facultad durante un tiempo para ver si nuestros gobernantes hacían lo que ellos entienden que deben hacer, a la vista de como van las cosas, se han reunido, lo han pensado bien y han decidido recuperar esa sobrenatural facultad para decidir quien debe seguir viviendo y quien debe engrosar la lista de sus actos heroicos. Si usted, querido lector , no comparte las razones de éstos patriotas, tenga cuidado a partir de ahora. Pueden matarle y ¿sabe por qué? Pues porque ellos entienden que no existen condiciones democráticas suficientes.¿Que le parece absurdo? a mi también , pero tenga cuidado.

No ha sido ninguna sorpresa para algunos. En éste blog y con la etiqueta de "Los pistoleros" pueden repasarse reflexiones desde el sentido común que en algún momento, curiosamente, podían sonar a "superadas " o "derechosas".


Triste periodo de nuestra historia cuando defender lo más obvio era tan difícil.


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sábado, junio 02, 2007

Belleza imprevista ( Colaboración de Driver ).




Estadísticamente hablando, es del todo punto improbable, que en un taller de chapa y pintura ubicado en Bolonia, se produzca un milagro estético.Así es.Pero el caso es que estaba esperando para pagar la factura de un bollazo en la trasera de mi Volvo, y de pronto apareció conduciendo una cangú.

Venticinco le calculé. Italiana. Traía piezas de recambio en la furgoneta. Neumáticos, baterías y embragues.

Resolví que la abuela de su abuela, había sido la causa de una estrepitosa vendetta entre dos parroquianos hacía muchos años. Aquellas vendettas de verdad; que se regaban con sangre roja, y que muchos justificaban por la sujeta del pleito, la calor, y otras razones que siempre empezaban por el artículo determinado, la. Ya que había que defender el honor, que fuera por una causa determinada por el artículo, la.

La susodicha entregó la mercancía, le firmaron el albarán rosa, y entonces se produjo el milagro.

Plantada como estaba ella enmedio del taller gris, de pronto floreció en su rostro una sonrisa etrusca; definamos pues sonrisa etrusca.La sonrisa etrusca es un gesto de poder, que de forma ancestral es heredada por algunas hembras de la península itálica, que encuentra sus orígenes en las ceremonias iniciáticas de juventud que se celebraban por aquellas tierras hace cientos de años, y que para entendernos en romance paladín, vienen a decir:"Vale, yo estoy aquí y ahora; pero mañana puedo ser la reina de tu vida; siempre que a mí me de la gana, claro. Yo soy el poder, porque yo soy la vida".

Esa frase, tiene una relación directa con la sonrisa, pero me resulta más fácil escribir la frase que describir la sonrisa.

"!Ma que bella la ragacha¡".

Me quedé un rato pensando en el concepto de belleza imprevista, de belleza universal, de belleza ancestral.Reaccioné e hice amago de intentar entablar contacto humano.

La cangú arrancó y se llevó dentro a la Reina de Sava.

Yo me quedé pasmado, igual igual que cuando ví por primera vez la bahia de Strómboli.¿Cómo podía caber tanto sol en la mañana?.

No sé si Dios existe, pero algunos días dan ganas de aplaudir.

Aplaudir en general a algún lugar indeterminado.

Así, en general.

Atentamente: DRIVER



(Gracias Driver por tu post y por la foto desde tu camión).
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