Ya pasó.
Ocurrre solo una vez al año. Por eso tienes que estar atento y saber vivir el momento. Es una sensación íntima, personal ( tampoco nada del otro mundo). La verdad es que mentiría si te dijera que no te lo esperas. No es verdad. Sabes que va a pasar de un momento a otro, lo presientes, lo ves llegar, aunque no puedas concretar el momento preciso. Ese instante mágico te reconcilia con la Vida, te recompensa por el desconsuelo, la desazón del ánimo indefenso ante el inexplicable frio de un martes por la tarde, a finales de febrero. Sin aspavientos, tienes que disfrutarlo callada pero intensamente. Solo una vez al año no es mucho.Es muy poco. Puedes imaginar sin esfuerzo la cifra de ocasiones que tendrás, en los años que te quedan de estar aquí. Aunque intentarás no perderte la ocasión es probable que algún año estés lejos, o tu corazón no tenga la oportuna disposición para que tus ojos sepan ver lo que tienen delante. Mirar al pasar y sentir por dentro el gozo, casi el leve dolor, de saber que ya pasó, que otra vez ocurrió y puedes anotar en tu cuaderno el acontecimiento. Puedes sentirte agradecido por el detalle de buen gusto. Satisfecho. Nadie te puede arrebatar eso que ya tienes. Ahora serás un poco más sabio si sabes escuchar el consejo que se intuye en el instante que sucede.
Te cuento: vas caminando por la calle, vienes de cualquier sitio, vuelves a casa, la tarde de marzo es cada día más larga y un tipo joven, sin afeitar, desde detrás del volante te indica con los ojos que puedes cruzar, dos chicas con libros escuchan muy atentas lo que cuenta una tercera y en ese momento sale el camarero a la puerta de la calle. Quien sabe si esperaba a alguien o las vio pasar y no quiso perderselo.
Te cuento: vas caminando por la calle, vienes de cualquier sitio, vuelves a casa, la tarde de marzo es cada día más larga y un tipo joven, sin afeitar, desde detrás del volante te indica con los ojos que puedes cruzar, dos chicas con libros escuchan muy atentas lo que cuenta una tercera y en ese momento sale el camarero a la puerta de la calle. Quien sabe si esperaba a alguien o las vio pasar y no quiso perderselo.
Entonces hueles y sabes que llegó ese momento.
Miras y ahí está. Ha florecido el azahar.
Ya.
1 Comments:
Gracias " A pesar de mi" por tu comentario.
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