4 de mayo de 2016

La muerte establece el perfil preciso y nítido de la Vida que sigue siempre, pasado ese instante, victoriosa, como si nada.

La historia de cada uno es solo un capítulo de una Historia mayor que nos abarca y nos contiene.
Nada se entiende sin cada capítulo, ningún argumento se traba si no incluye los sueños, los afanes y las palabras por las que vivió y murió cada hombre sobre la Tierra.
Todo es más sencillo cuanto más real y en el último instante comprendemos que lo que sucede, el final de nuestros días, , no es más que un minuto más, como cada instante, simple y a la vez misterioso e inexplicable, como todos los que tejen nuestros días con la naturalidad de lo cotidiano.
Lo asombroso es tan habitual, se no da sin nada a cambio, tan cercano  y obvio que se nos vuelve invisible y, como los de Emaus, pasamos,los días sin darnos cuenta de lo extraordinario de cada segundo que vivimos.
Me dijo que fuera valiente, con lágrimas de impotencia. Seguiré su ejemplo de hombre bueno.