El cumplimiento del deber.

Ocurre que a veces, cuando eres Sargento de un Puesto de la Guardia Civil de pueblo, te llaman cuando parecía que el día ya había terminado y, en esa creencia, has dejado que te sirvan el vaso de vino una y otra vez. Ya se sabe lo atentos que son con las fuerzas vivas en los pueblos en cualquier taberna. Eso sí, siempre fuera de servicio y no por nada, sino por amistad. Pero claro, uno cree que esta fuera de servicio y le llaman. Y hay que saber sobreponerse. El deber es el deber. Eso si que nos lo han inculcado desde pequeños en este cuerpo. Quizas la redacción no es todo lo correcta que debiera... Creo que habian abierto ya la quinta botella de manzanilla y un sobrino del tabernero llevaba un par de horas rompiendose la garganta cantando por soleá.

Aquí les dejo, en este Tierra de Nadie, este documento tan valiosos. La mejor prueba de que, aun completamente borracho, el deber es el deber y, que solo desde la lucidez de la buena manzanilla de San Lucar puedes llegar a entender que "atemperar estas razones, nos llevaría al trámite de una sustancia familiar donde siempre existe la razón.-".

Bueno, el cumplimiento del deber y haber tenido desde pequeño mucha afición a la lectura, que siempre ayuda.

Para serviles.

El Sargento Covaleda.