Punto de ebullición

España, Portugal,Italia, Grecia, Irlanda, Francia...una buena parte de Occidente comparte una situación económica crítica que ha dado lugar a una situación social alterada. Comparten esas viejas naciones algunos factores que elevan la temperatura social  Millones de jóvenes educados en la creencia de que tienen derecho a todo perciben como inminente su llegada al mundo de los adultos sin que tengan acceso a nada. 

La primera generación de jóvenes frustrados ha aguantado el trance refugiado en casa de sus padres que ha su vez sobrevivien con los ahorros y lo obtenido con la venta de los terrenos del pueblo heredados de los abuelos. La siguiente generación tiene sus padres en paro y en poco tiempo sin subsidio.

La fiesta sigue de momento pero en la botellona ya no da para todos.

Acabaron las utopías y como decía aquel Jesus ha muerto, Marx ha muerto y yo estoy malito. Ahora además de malito me enfrento al problema de que me piden pagar parte de las medicinas...y no tengo un duro.

Al tiempo, los objetos de lujo incrementan sus ventas. El año pasado crecieron un 20% las ventas de yates de lujo.Los ricos son cada día menos y más ricos. Los pobres son más y más pobres. Así es. Pero aun siendo así, estamos mejor que el otro 80% de habitantes del mundo. Por eso aguantaremos.Los jóvenes no creen en ninguna utopía y eso les hace incapaces de una revuelta  que pueda cambiar las cosas.Su punto máximo de protesta alcanza la algarada, la gamberrada, el contenedor incendiado, el escaparate roto o el grafitti.Eso no sirve para nada.

¿Cuanto falta para llegar al punto de ebullición en el que la sociedad rompe a hervir y cambia de estado?