Querido blog.

Querido blog.

Ya sé que me vas a decir que no bastan las palabras, que el movimiento se demuestra andando y que hechos son amores y no buenas razones. Sé que te han dicho que te estoy siendo infiel con Twitter, más rápido que tu y que se ajusta mejor al ritmo trepidante de vida que llevo.. ya sé que no me vas a creer.

Pero a pesar de todo, te escribo para decirte que te sigo queriendo. De verdad. Me acuerdo mucho de ti.

Es verdad que ando de vez en cuando con el Twitter, pero, sinceramente, no tiene nada que ver. Tu eres mucho mejor y contigo verdaderamente me siento más como yo soy. Lo que pasa es que el Twitter aparece y...  qué les a hacer… eres débil y caes. Pero te aseguro que luego me quedo completamente insatisfecho, como si me faltara tanto que expresar…

Nada de esto que te digo servirá si no te demuestro, a apartir de ahora, que volveré a estar contigo. Volveremos a reírnos juntos, a sufrir buscando la palabra, ha reconocernos volviendo a leer un post. Esas cosas que tu me das y que no me dio nunca el dichoso Twitter.

Te prometo que te veré, por lo menos una vez en semana.

Ya veo que desconfías, pero también que te alegras de verme de nuevo. No disimules.

Dame otra oportunidad y verás que no fallo.

Son rachas, tú lo sabes.

Un beso.