La cara del monstruo

"He vivido más de cuarenta años a este lado del estrado. He visto muchas veces la cara de la gente que se sentaba en el banquillo. Recuerdo ahora los detalles de sus ojos asustados, el rictus tenso de su boca, el arco imperfecto  doloroso de su frente, la cara desencajada por el pánico. Parecía que miraban de frente a un monstruo cruel, despiadado, sanguinario, frío e imperturbable, ajeno al hombre y sus debilidades. Nunca entendí por qué miraban así al tribunal. Muchas veces he presidido el tribunal; a mi derecha y a mi izquierda se sentaban otros compañeros que, como yo, dedicaban su vida a la escelsa tarea de impartir justicia. Nunca entendí por qué nos miraban con ojos de terror disimulado los acusados que se sentaban en el banquillo.

Ahora ya lo sé.

Ahora, la vida me ha dado la oportunidad de mirar de frente a un monstruo que fue invisible durante años para mi. Un monstruo que solo se puede ver desde el banquillo de los acusados.Un monstruo que cuando dices "soy inocente" piensa "otro culpable diciendo lo mismo que todos los culpables" y te mira con ojos incrédulos, distantes, desplicentes.

Ahora ya lo sé. Pienso en todos los que yo he mirado así durante tantos juicios durante mi larga y exitosa carrera judicial. Mis ojos eran los ojos del monstruo cuyo rostro ahora, al fin, he podido contemplar en toda su dimensión. Ese monstruo te mira y sientes que has perdido la dignidad, tu autoestima, tu vida de esfuerzo para encontrar en los demás un reconocimiento...todo lo devora en un instante. Él te mira y pasas a ser un miserable más.

Ahora me ha mirado y soy un miserable más.
Mi cuerpo es ya un extraño en este coche oficial.

A nadie importan mis explicaciones. 

Nadie tiene intención de considerar  si quiera por un segundo la posibilidad de que sea inocente.

El monstruo destruye a quien mira, incluso si es el número 1 del Poder Judicial. 

Da igual, devora también a sus hijos.

Ahora me ha mirado a mi y he conocido al fin al mostruo que tantas veces miró a un hombre acusado a traves de mis propios ojos."