Poca vergüenza.

 

 

Superadas las lacras históricas de la guerra y el hambre, las naciones más desarrolladas de la Tierra se enfrentan ahora a un problema menor en relación con aquellos, pero muy extendido: la poca vergüenza. Nadie acoje en su pensamiento aquellos grandes  grandes ideales que provocaron revueltas y masivos derramamientos de sangre, pero además han desaparecido igualmente los pequeños ideales, los ideales, los criterios éticos, las normas de convivencia o de educación. Un tipo orina en una esquina de tu barrio y nadie siente ya ni la más leve indignación.

 

El mismo descreimiento que nos trajo la paz, nos ha traído también la mierda.Nadie puede decir que la corrupción política es un fenómeno aislado. Muy al contrario, el periòdico acredita cada día que es un comportamiento completamente generalizado y si bien es cierto que puede haber algún político honrado, lo que es indiscutible es que, de haberlo, puede ser considerado como una excepción.Pero lo que terminará pasando es que, como el que meaba en la esquina, terminará por ser aceptado sin asomo de desagrado o indignación.

 

La gente grita en la calle, se disfrazan y cantan coplillas porque quiere que no les echen de la casa que no pueden pagar y porque se les ha acabado el subsidio del desempleo. Pero me temo que si pudieran se comportarían como los politicos corruptos a quienes votan aun después de saber que se meten en el bolsillo el dinero de todos.

 

La honradez es una opción estrictamente personal  que debe ejercercerse con discrección y disimulo para no perder amigos.No aguantamos ni tres segundos a quien en público defienda la pertinenecia de un comportamiento ético basado en valores de sinceridad o solidaridad.Sencillamente es un discurso que no interesa a nadie o, incluso más, que resulta a la gran mayoría  inaguantable.

 

En el horizonte se dibuja un futuro incierto por razones estrictamente económicas.Pero respecto del problema de un sistema polìtico podrido nadie propone nada, damos por hecho que seguirá igual. Largos y tediosos procedimientos judiciales convertiran en caras famosas a políticos corruptos: el yerno del rey, el concejal de mi pueblo, otro sobrino de Pujol... entrarán en prisión algún tiempo y luego saldrán. Los que quieran ser honrados podrán serlo, si son discretos.Los jóvenes que no se acostumbren al olor se buscaran la vida en otros países...

 

No creo que en los años que llegan cambien mucho las cosas.