Andrew y Nicolás.

“Perdimos, fuimos menos astutos, nos dejamos llevar por esa especie de desánimo que produce comprobar cuánta miseria puede albergar el alma humana. Andrew tenía las ideas muy claras y mucho dinero para ponerlas en práctica. Recuerdo el día que me explicó el Plan Marburg. Le brillaban los ojos como cuando se propuso cambiar todos los puentes de madera de esa inmensa nación que acababa de nacer y hacerlos de acero. Luego apareció el ferrocarril. Él tenía los caminos sobre los que aquel monstruo humeante recorrería aquellas infinitas llanuras”.( Nicolas II)

Hoy visitan este blog dos tipos únicos que imaginaron un mundo distinto al que hoy conocemos. Te animo a que busques referencias en La Red para conocerlos un poco más. Son Andrew Carnegie y Nicolas II.

El primero, hijo de un emigrante irlandes, comenzó haciendo bobinas de cobre con catorce años y llegó a ser el hombre más rico del mundo después de que su empresa, Carnegie Steal, hiciera los raíles de ferrocarril que recorrieron los Estados Unidos desde el este al oeste. También llenó las ciudades y pueblos de bibliotecas gratuitas. Quiso prolongar las vías de ese tren lleno de libros por todo el mundo.

El segundo fue el último zar del imperio ruso. Podía hablar perfectamente cinco idiomas, estaba perdidamente enamorado de Alix y se enfrentó a la necesidad de dirigir el mayor imperio del mundo, sin ganas y con una idea que no gustó a sus colaboradores :que sólo la paz podría hacer de este mundo un sitio habitable.

Ambos se conocieron y a pesar de sus distintos orígenes conectaron a primera vista.

“Habla ingés perfectamente, casi mejor que yo. Pero tiene perdida la voluntad desde el día que miró a Alix a los ojos. Es fácil de entender, no creas. Si vieras su dulzura y su embrujo, lo comprenderías. Tuvo que ser Zar demasiado pronto, cuando murió su padre y nunca entendió por qué sus colaboradores se empeñaban en solucionar todos los problemas con una nueva guerra. Recuerdo cuando me contó su idea del Palacio de la Paz: un tribunal internacional podía resolver todos los conflictos entre naciones sin muertos y sin pólvora. Es un gran tipo. Nunca nadie en Rusia había tenido tanta preocupación por el hambre de la gente. Mira por donde, fue a él a quien le hicieron una revolución. Gentes repletas de ambición con alma sanguinaria impidieron sus proyectos de paz para su viejo imperio y para el mundo. Una lástima.” (Andrew Carnegie)


"Nos gustó eso de Tierra de Nadie y quedamos en dar una vuelta por aquí"

Pero perdieron. Y con ellos perdimos todos. Vencieron los malos.
A Andrew le venció el baboso de Rockefeller y sus aliados, incluyendo el traidor de J.P. Morgan. Ellos inventaron el gobierno de los corruptos y la banca de corazón de piedra que hoy nos pisa el cuello.
A Nicolas, ese monje obsceno de Rasputín y esa pandilla de paletos, los bolcheviques.

Acaba de cumplir cincuenta años. Los revolucionarios les dijeron que se preparan para una fotografía antes de dejarles partir.Tomó a su hijo hemofílico en su rodillas, la Emperatriz y las niñas a los lados.El médico y los sirvientes. Incluso un perrito pequeño que alegró los últimos días del heredero. Era un engaño. El malnacido de Yakov Yurovky pasó a aquella estancia que pronto se llenaría de sangre y le disparó a bocajarro con su revolver. Despúes un pelotón descargó sus fusiles contra el grupo. Luego los remataron con bayonetas para acortarles la agonía.

Los herederos de aquellos criminales todavía hoy tienen a aquel gran pueblo que decían redimir en la miseria.

“Gracias Jmcaleroma, se agradece que alguien se acuerde de nosostros”(Andrew)
“Ha sido todo un detalle Sr. Le ruego que algún día dedique un post a la belleza de mi pequeña Alix”(Nilolas).

Gracias a vosotros por vuestra visita.

Admirar vuestra sencilla y común grandeza, me reconcilia con el ser humano.

Perdísteis y hoy nos gobiernan una punta de ambiciosos, sanguinarios y sobre todo, escasos de luces.

Es una pena, pero algún día, cuando lo hayan destrozado todo, tendremos que rescatar vuestros sueños.

Tendremos que recuperar vuestra mirada limpia (Nicolas), vuestra cálida sonrisa( Andrew).