Distancia

A veces las cosas que te rodean se te pegan demasiado. La tarea pendiente o el malentendido de ayer te hacen compañía y se empeñan en repetirte mil veces la misma cantinela. La decisión que te corresponde se hace grande y te mira a los ojos hasta hacerte dudar otra vez. La llamada que no esperabas perfectamente aderezada con la que no llega, te dejan un regusto amargo e incómodo. Los proyectos y las ilusiones se te ponen por delante y no te dejan caminar. Y el ruido que no cesa y apenas te deja pensar. Ni siquiera tus palabras encuentran un hueco oportuno para alcanzar su sentido preciso. Los mil detalles que componen lo que eres te cubren, te aplastan hasta no dejarte respirar .Ni un resquicio deja pasar la luz.
Necesitas entonces distancia para volver a dibujar mentalmente tu propio contorno. Espacio vital para moverte sin pisar a nadie. Aire para respirar y olvidar todo lo importante que te tiene atosigado. Busco un portal detrás de la esquina para esconderme. Mientras sigo escuchando de fondo el rumor insaciable del tráfico de la avenida, cierro los ojos, oigo latidos y compruebo mi perfil abrazándome con los brazos. Entonces el tiempo se para y , por un momento respiro y sonrío otra vez. Desde la distancia comprendes la escueta importancia de casi todo. Dibujas tu silueta y te sientes de nuevo preparado para la vorágine increíble de cada día.