jueves, junio 22, 2006

El Gesto.


La alteración instantánea y fugaz de la normal disposición de los numerosísimos músculos que , en su tensión habitual , componen el rostro. Ahí está la verdad de lo que somos, de lo que sentimos. El gesto. La concreta distancia entre las cejas y los ojos, el arco concreto que dibujan los labios, la profundidad de las arrugas que marcan el entrecejo o que enmarcan una sonrisa, la mayor o menor apertura de los orificios de la nariz. Son sólo algunos retazos del conjunto de detalles que como una sinfonía componen la riqueza expresiva de una cara. Y de pronto, se alteran. Más allá del control de su titular, las redecillas invisibles que conectan cada punto sufren una leve convulsión y aparecen nuevos ángulos, hoyuelos que no estaban. Es el gesto. En milésimas de segundo, antes que ninguna cámara de fotos pueda captarlo, la explosión es controlada y la frescura de lo involuntario y espontáneo deja paso al leve carraspeo, la muletilla( qué buen nombre), la cara de foto, la tensión retenida de lo que ya no vale. Se apagó la luz, terminó el mensaje.
En esas milésimas de segundos aparece en estado puro, como en carne viva, información suficiente para escribir varias novelas, incluso un poema.
El gesto por un instante nos permite acceder a una forma superior de comunicación. En ese fotograma imposible aparece la verdad de lo que somos.

Cingular Cell Phones
T-Mobile
Locations of visitors to this page Page copy protected against web site content infringement by Copyscape
Free Guestmap from Bravenet.com Free Guestmap from Bravenet.com
<>
Segui @jmcaleroma