martes, noviembre 20, 2007

Carta desde Reykyavik.

Estimado Sr. Jmcaleroma.

Desde hace tres meses y siete días, vengo leyendo su blog ayudado de Minoko que domina el español mucho mejor que yo. He buscado un lugar donde poder expresar al mundo mi última y definitiva certeza: el mundo esta gobernado por un grupo de asesinos empeñados en destrozar sin piedad hasta el último resquicio de humanidad. Podría explicarle las claves de esta deducción inatacable, pero, como me pasaba cuando jugaba al ajedrez, sería una explicación tan larga que, finalmente no sería comprensible. La diferencia entre aquellas explicaciones y las que ahora tendría que dar es que, las de entonces podían acreditar su certeza al final de cada partida. Ahora, si son ciertas, no quedara una mente sana para poder comprobarlo.
Supe del complot cuando en Yugoslavia fui acusado de traición, simplemente por jugar una partida de ajedrez a la que había sido invitado por antiguos y entrañables amigos .No me podía negar. Desde aquel momento hice una raya en el suelo y quise separarme de todos aquellos que consideraron aquella decisión de perseguirme penalmente por ese simple hecho, como algo lógico o razonable. Admito que hay gente que piense así, pero decidí nunca más estar entre ellos. Ellos están al otro lado.
Desde entonces, muchas veces he trazado esa raya y cada día que pasa me siento más feliz de haber encontrado la forma de situarme claramente en el mundo. Es un sistema sencillo, como el ajedrez, pero a mí me permite tranquilidad, calma y alguna certeza.
Desde aquel día que quedaron los EEUU al otro lado de la raya, han pasado muchas cosas. Recuerdo que poco después quedó Japón, donde me encarcelaron. Así que el tablero se hacía pequeño, aunque siempre supe que si me mantenía tranquilo, conservaría en mi poder la Reina. Así llamo a mi mente. Una máquina perfecta de la que he disfrutado desde los cinco años. Después la raya llegó a formar una isla, Islandia, en donde me acogieron con fervor. Pero sabía que pronto llegarían allí también los esbirros de la indecencia y la mediocridad, los hijos de puta que matan de hambre cada día a no sé cuantos millones de niños. Así que en este lado de la raya quedamos muy pocos.
Me han internado y creo que solo dejan pasar a mi dulce Minoko. Ahora se acaba de marchar y he notado en sus ojos el esquivo destello de una despedida. Me he negado a tomar ninguna medicina, pero he notado que de las rejillas del aire acondicionado sale un imperceptible polvo amarillo. Me siento intoxicado y la Reina pasa por aprietos.
Solo quería saludarle y decirle que después de leerle con interés, le siento en mi parte de la raya. Salude de mi parte al paranoico razonable y si tiene tiempo, explíqueme algún día qué es eso de la música, que veo que tanto le hace disfrutar. No sé si podré salvar la Reina. Por eso quería saludarle, sin dejar pasar un día más.
Un saludo muy cordial par todos sus lectores.
Bobby Fischer.



El mundo de Bobby Fischer se reduce desde hace algunas semanas a las cuatro paredes de una habitación de hospital, a las visitas de su compañera sentimental, Minoko Watai, y a una sinfín de pruebas para evaluar su estado físico y mental

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Driver para Bobby:
En estos momentos jodidos para tí he de decirte una cosa: la capacidad de análisis y síntesis que tu mente ha desarrollado a lo largo de tu vida, nunca será suficientemente reconocida en esta tu corta vida, y maldita la falta que te hace.
Un consejo, coge tu reina, ponla en el centro del tablero, y muere luchando.
Tienes la oprtunidad de jugar tu última partida de la forma más bella posible.
A cara descubierta.

5:44 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home

Cingular Cell Phones
T-Mobile
Locations of visitors to this page Page copy protected against web site content infringement by Copyscape
Free Guestmap from Bravenet.com Free Guestmap from Bravenet.com
<>
Segui @jmcaleroma