Aquí estoy.

No sé cuanto tiempo hace que no escribo. Perdí la ruta para acceder a esta página desde donde puedo crear un nuevo post. Lo intenté con la mente imprecisa y sin ninguna confianza en lograrlo. En algún momento del proceso tenía que introducir una contraseña. Escribía las que podían ser y nunca acertaba. Otra veces, después de pasar esa pantalla, aparecía otro trámite insalvable.En realidad, como tantas veces en la vida, me faltaron ganas para conseguirlo. Y el ordenador, como otros interlocutores a quienes pides algo, incluida la lampara de Aldino, si no lo deseas lo suficiente, no te dan lo que pides.

Ayer busqué en Google con la secuencia “Tierra de Nadie jmcaleroma” y aparecieron enlaces a distintas páginas de ese blog. Pinche el enlace “Tres días en Basilea” y volví a leer uno de los textos más limpios y hermosos de los que he escrito. Volvía en avión de pasar unos días con mi hija mayor que cuando se marchó de casa para empezar su historia quiso llegar hasta Basilea antes de mirar atrás.

De ese enlace pasé a otro y luego a otro y a otro más…siguen ahí.Leí lo que había escrito hacía años. ¿Por qué dejé de hacerlo?

Hoy lo intenté otra vez y ahora con el deseo suficiente para encontrar en camino.

Llegé a la página que había buscado sin suficiente confianza otras veces.

Estoy aquí.

Busqué una foto y encontré la imagen en acuarela digna para ilustrar este regreso.