domingo, diciembre 30, 2007

Sarko y sus sinceras razones.


Aparece con unas sandalias árabes, vaqueros y una camiseta turística de las pirámides. Esta moreno y con barba de un par de días. Cara de dormir poco.

- Bienvenido Sr. Presidente.
Entorna los ojos mirando el blanco del blog y se aposenta en el post con confianza.

- Aquí prefiero Sarko, si no te importa. Y por favor, no tengo mucho tiempo. Me ha pedido Carla que acepte tu invitación, pero como comprenderás no me gusta demasiado la idea.

- Como prefiera, Sarko, pero estamos a tiempo y si quiere terminamos aquí.

- No se pase por favor. Si he venido vamos a charlar de lo que quiera. Ahora entiendo lo de su arrogancia que Carla me comentó. Que sepa que es usted, o ...bueno mejor tu, que eres el único hombre que ha sido capaz de decirle que no.


- Lo siento, pero nunca hablo de mí aquí.

- Vale, puedes empezar.

- Con veintidós años concejal , con menos de treinta diputado. Qué es el poder, qué es la política.

- Sinceramente, en mi caso y en la mayoría de los que conozco en los sistemas democráticos, quien se dedica a la política pretende solucionar una grave carencia de autoestima. Toda mi infancia fui humillado. Era feo, bajito, flacucho y además el cabrón de mi padre se largó cuando tenía cuatro años y nos dejó tirados.

-Pero su padre creo que era miembro de la aristocracia húngara.

- Claro y por eso empecé a relacionarme con los más ricos de París para, después entre ellos, ser el más pobre. Ya sabe como necesitan los niños ricos tener a alguien de quien burlarse.

- Le agradezco su sinceridad.

- Le he cogido el gusto a hablar claro y me va bien. Fíjese, osea fíjate perdona, y lo comprobarás, lo políticos que triunfan eran los niños de los que se reían en el recreo.
Y te aseguro que lo que a la gente le gustó de mi fue que le hablara claro. Ya está bien de contar cuentos a la gente.

- Me parece muy bien. Ahora dicen que se comporta como un nuevo rico.

- Si es verdad y puede ser, pero como sabes, mi familia no es precisamente de la clase obrera.

- Nos queda poco tiempo, Sarko. Qué fue lo que te enganchó a esa mujer que te compaña en todas las portadas de las revistas y periódicos de Europa las últimas semanas.

- Bueno , sabes que habla cinco idiomas y su vida es, por tanta razones que creo que conoces apasionante. Pero, realmente es eso mismo que tu estas pensando lo que más me gustó y me gusta de ella. Por eso merece todo la pena.
- No sé a qué se refiere, perdona te refieres.
- No me hagas decir palabras que no quedan bien por escrito.
- Ah ya. Es cierto. Es impresionante.
- Claro. Me la presentaron y estuvimos una tarde charlando en un club de golf de unos amigos en el sur de España, creo. Es simpática y la verdad no me cayó mal. Pero, sinceramente, fue al darse la vuelta y marcharse cuando comprendí que aquella mujer era muy especial.
- Y ella qué dice.
- Le gusta la verdad , como a mi. Tener entre sus múltiples amantes al Presidente de la República le hacía ilusión. Así es y así me lo ha dicho. A mi me parece bien. Sobre todo cuando se da la vuelta.
Mira el reloj y se levanta

- Un placer Sarko.
- Igualmente . Y de parte de Carla, que, por favor remates cuanto antes la novela.

Después de estrecharme la mano con fuerza , se da la vuelta y se toca el bolsillo para comprobar que lleva el móvil.
Se vuelve y me mira. Todavía mantengo la sonrisa que su última confesión me produjo.
Él se da cuenta, y me sonríe guiñándome un ojo.


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jueves, diciembre 20, 2007

Elogio de la palabra (no dicha).


Muchas veces basta una mirada.
Una mirada sostenida.
Tus ojos sobre los ojos del otro.


Adivinar el significado de los brillos.
Leer el futuro inmediato más allá de la pupila.
Quieres decir muchas cosas, pero aguántate las ganas.


Aprieta los labios.
Permite que las ideas circulen
sin que salgan al exterior.

Alarga el espacio entre las preguntas y las respuestas.
Deja que los músculos se dibujen en el rostro.

Espera una señal de alerta.
Mantén la respiración.
Piensa que el otro también piensa.
Analiza. Espera
La economía de las palabras:
Una virtud que no es exclusiva de las
monjas de clausura.
Un juego que practican los que saben
hacerse los locos.
Los que entienden que no todos los
interrogantes necesitan una respuesta.
Que la solución no siempre llega al abrir la boca. ¿Por qué decirlo todo?

¿Por qué no conservar en el interior
una dosis de lo que se piensa?


¿Por qué no convertir en secreto algunas de las ideas que hacen
su aparición sin previo aviso, al menos con la ilusión de que el
tiempo las madure y las transforme en ideas más duraderas?

¿Por qué no entender, de una vez, que la palabra jamás
logrará ser tan rápida como el cerebro?

¿Y que no todo lo que cruza por la mente puede
convertirse en palabras?

Entender que también se puede hablar con el gesto.
Que… el silencio a veces grita.
Se guarda silencio en los hospitales, en las salas de velatorios,
en los actos solemnes…
Se guarda silencio por pudor, por respeto, por dolor...
Se guarda silencio por el dolor que es incapaz de
convertirse en llanto.
Silencio cuando el llanto se agota, y agota al que llora..
Habría que aprender a callar
sin otro motivo que la propia
voluntad.
Callar para escuchar.
Callar para mirar.
Callar para aprender.
Callar para callar.
Callar, para convertir el silencio en un cómplice.
Para saber si el eco existe.
Callar, porque no todo lo que nos conviene escuchar nos lo
dicen al oído, con la intimidad de una confesión, con el volumen
de un grito, con el acento de las grandes revelaciones.
Callar, para
comprender que el
silencio es el antifaz
de los sonidos más
hermosos…

(Texto de un PW circulante).




domingo, diciembre 16, 2007

Milonga Paraguaya. (Jorge Drexler).






Milonga paraguaya
prima lejana del mangoré,
que me estará queriendo
decir la noche, que no lo sé.

Yo miro a mi guitarra
busco en las grietas del corazón.
Cómo estaré de solo
que estoy hablándole a una canción.

Pasa un segundo
como pasa una página en blanco
que no estrené.
Paso la vida buscando un verso
que nunca encontraré

Cuando me quede solo
varado y lejos del mar, yo sé
que aunque no tenga nada
tendré esta copla esperándome.

Abre tus brazos y suéltate el pelo
que vengo buscándote.


Milonga paraguaya
prima lejana del mangoré.

(Essential Structure - I -).Diario de un paranoico razonable.

Sometidos a un sofisticado proceso de recogida de datos sobre pulsiones cerebrales no siempre totalmente conscientes, un número no determinado de mujeres y hombres de diferentes partes del planeta, están siendo sometidos, desde marzo del 2000, en la Universidad de Craughford, al sur de Hoowerty, a un minucioso estudio, en un “Gran Hermano” de enormes dimensiones, del que muy pronto tendremos alguna noticia. Algunas de sus conclusiones no se corresponden con lo esperado.
Se trataba de analizar a fondo aquellas reacciones comunes en toda cultura y en cualquier lugar del mundo, que explican y completan el conocimiento científico de relación entre hombres y mujeres, en el específico campo del nacimiento, desarrollo y crisis de la pareja.
El Proyecto, denominado E.St., iniciales en inglés de la expresión Estructura Esencial, dirigido por el Premio Nobel de Bioquímica, Gravic Traettkier, y subvencionado por una veintena de países, forma parte de un programa dirigido a examinar las claves de la relación entre un hombre y una mujer, considerando esta como estructura básica y elemental de todas las sociedades humanas conocidas. Desde ese punto de partida, pretenden afrontar con detenimiento, su evolución en los últimos ochenta años, a lo largo de los cuales, en opinión de algunos promotores del proyecto, se ha producido una devaluación de contenidos en la misma, de desarrollo más repentino y de efectos más fulminantes que el ensanchamiento del agujero de ozono o el inevitable deshielo de los cascos polares.
Mientras las cuestiones referidas a la desintegración háchele rada de los presupuestos naturales/biológicos de la Vida , tal como hoy la conocemos, han sido objeto de una publicidad expresamente promovida, incluso desde acuerdos políticos globales, y a través de campañas de todos ya conocidas, planteadas como verdaderas cruzadas contra el llamado “calentamiento global”, la preocupación de los top-thinkers que asesoran a los gabinetes de poder de las instituciones trasnacionales que han asumido desde hace casi un siglo el gobierno del mundo, por la profunda devaluación de la pareja, ha sido un tema incluido entre las materiales clasificadas, por acuerdo unánime de todos ellos. Por eso, el Proyecto E.St. se mantiene todavía en la más estricta reserva, hasta tanto haya acuerdo en el momento y en el contenido de las conclusiones que se harán públicas.
La explicación de esa “necesidad” de reserva puede encontrarse en los medios empleados en la investigación. Además de haber procedido al secuestro previa narcotización de alguno de los “elementos empleados”, en terminología que el estudio utiliza para referirse a los hombres y las mujeres sobre las que se ha realizado la extracción de datos, posteriormente en la totalidad de los casos se procedió a la hipnosis, se utilizaron psicofármacos y sobre todo, se dejó abierta desde el principio la posibilidad de que alguno de los “elementos” utilizados, no fueran finalmente susceptibles de retorno en condiciones de normalidad a los denominados “puntos de origen”, como se denomina a los lugares desde donde fueron extraídos. La posibilidad de que se produjeran problemas de retorno a la normalidad, obligaba a asumir costes en el proyecto que, en tanto podían suscitar debates éticos, e incluso legales, indeseables, hicieron conveniente y necesario incluir el proyecto entre las materias sustraídas al conocimiento público, es decir, “clasificadas”.

La primera de las conclusiones es que no se han advertido diferencias relevantes entre las pulsiones internas que determinan la relación hombre/mujer, entre los elementos de diferentes edades, culturas y latitudes. Las diferencias que se expresan en las distintas sociedades, se asociacian al lóbulo temporal izquierdo y por tanto, se corresponden con imposiciones asociadas a marcos sociales y familiares autoritarios, normalmente con base en credos religiosos, pero con similares desarrollos en estados comunistas. Concertada con la anterior se ha detectado un componente asociado a procesos cerebrales destructivos vinculados al concepto de culpa, que se activa al poner en contacto hombres y mujeres de diferentes sustratos culturales. Si el encuentro se propicia en condiciones que le proyecto denomina “desencadenantes”, para casi el ochenta por ciento de los hombres la culpa incrementa la libido, mientras que el mismo fenómeno se produce en el diecisiete por ciento de las mujeres.
El primer dato que resulta sorprendente es el de que la casi totalidad de relaciones se produjeron por iniciativa femenina al tiempo que eran considerada conquistas por el mismo porcentaje de los correlativos varones. El siguiente es que la vinculación de la relación sexual a cualquier consecuencia distinta de la generosa remuneración en placer, es casi inexistente en los varones, lo que al tiempo que incrementa el mismo, provoca un efecto de dependencia mayor, mientras que, por su parte, las mujeres atienden a factores y consecuencias previas y posteriores, a las que se sienten vinculadas, con mucha más intensidad que a la satisfacción derivada del orgasmo, lo que deriva en una menor dependencia psico-social al mismo.
Por ejemplo, solamente un tres por ciento de las hembras han asumido relaciones con hombres no asociadas a la idea de la maternidad, mientras que apenas el cuatro por ciento de los varones tuvo algún pensamiento relacionado con la paternidad en un ámbito temporal de cuarenta horas antes y después del “encuentro”, en la terminología del estudio.
(CONTINUARÁ).

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viernes, diciembre 07, 2007

Capítulo 36. "Aparece la ciudad inexplicable".


Noviembre oscureció las tardes y las calles de Sarajevo empezaron a coleccionar brillos del hielo que dibujaban el contorno de las farolas, los bancos de madera como de otra época, las ramas desnudas de los árboles y los adoquines de la parte de la calle que esa tarde había quedado en la penumbra. Se sentía confundido. Un poco más confundido que lo que últimamente venía siendo habitual. Las antiguas charlas hasta bien entrada la madrugada con Ricardo, les ayudaban a ordenar ideas y tomar distancia con los acontecimientos. Juntos dibujaban un guión perfecto que luego desarrollaba Ricardo con desparpajo delante del ordenador en aquellos primeros momentos de charlas a través del messenger. Aquella etapa pensada y medida al milímetro les había dado crédito para todos los tiempos difíciles que vinieron después. Finalmente, después de sospechas de fallos de seguridad a través de los chats, la comunicación se limitó al correo electrónico, cada vez más espaciado. Las últimas semanas todo había sido más difícil y el ordenador portátil llevaba tiempo sin abrirse. Afortunadamente el activista era bien conocido por su comportamiento estrafalario con tintes histriónicos. Su edad y las enormes aportaciones durante toda la vida de la organización con fondos llegados de los sitios más inverosímiles del planeta, le permitían un régimen absolutamente excepcional dentro de las rígidas normas militares que exigían un control diario y puntual de los movimientos de cada miembro.
Se acercaban las vacaciones de navidad y Quijares que años anteriores había buscado cualquier destino, esta vez necesitaba la vuelta a España. La imagen de su hijo había aparecido reiteradamente en sus sueños, en cada sobresalto de las últimas semanas. Al filo del peligro real de perderlo todo, aparecían las bases, el fundamento real de tu existencia. Y entonces aparecía él y recuerdos que hacían que se humedecieran sus ojos, aquella mañana de noviembre paseando solitario por las calles de aquella ciudad gris y profundamente triste, que escondía una familia rota con al menos algún mutilado detrás de cada ventana, de aquellos bloques esconchados y envejecidos. Había imaginado a Ricardo contándole como su padre había malgastado su vida en un juego de espías, infantil y cada día más peligroso.
Había quedado con Ricardo en el parque que llamaban del Loco Enamorado, al parecer, porque en uno de sus frondosos robles se quitó la vida por amor el más famoso poeta del siglo XIX de la ciudad, incluso del país.
Aprovecharon que una fiesta local entre semana había sido aprovechada por Colleen para hacer una visita rápida a la familia y que los demás estarían de excursión para volver a verse con cierta tranquilidad. Hacía meses que terminaban en aquel parque sus ratos de footing. Ahora buscaban refugio en sus veredas llena de setos y fuentecillas sin agua y medio derruidas, que les ofrecían rincones donde poder charlar.
Tegucigalpa. Esa ciudad escondida entre montes en una valle insalubre y remoto de un país imposible, que los españoles bautizaron Honduras por su abrupto relieve, era la ciudad de la que hablaron en ese día, casi al tiempo, dos funcionarios asustados en un banco helado de un parque de Sarajevo, un grupo de siete encapuchados hablado en euskera en un piso a las afueras de París, un banquero suizo que desde hacía tres generaciones gestionaba la fortuna familiar de un monarca del norte de Àfrica y el grupo de élite de los servicios de información más prestigiosos del mundo, que transcribían rutinariamente comunicaciones cifradas de un grupo radical islamista y , al ver aquella extraña palabra, se miraron con cara de asombro: Tegucigalpa.
- "¿Cómo has dicho?", dijo Ricardo Establet con cara de asombro.
- "Tegucigalpa. ¿Sabes donde está?"
- "Claro, es la capital de Honduras. Un compañero de promoción estuvo allí en una escolta hace un par de años."
Le explicó que, la dama rusa del eterno desasosiego, le había pedido continuar para saber que pasara en aquella ciudad, a la que de forma inexplicable conducían los distintos caminos de radicales de la boina y del turbante, auspiciados por compañeros de viaje, cada vez más inexplicables.
En silencio buscaban alguna explicación para la sorprendente ubicación.
- "Tranquilo Ricardo, yo llevo cuatro días dándole vueltas y la verdad es que no consigo explicármelo. Es como si se tratara de encontrar el lugar menos previsible de todos los posibles."
- "Además, que quieres que te diga…por lo que sé en todo centroamerica no se mueve una hoja sin que los yankees den su visto bueno. Ellos no suelen andarse con remilgos. Ya sabes, si en sus dominios ven algo que no controlan perfectamente disparan y luego preguntan, o miran a ver el pelaje de la pieza que acaban de cobrar."
-"Pues te aseguro que después de lo vivido hasta ahora soy capaz de imaginarme cualquier cosa. Pero empieza a haber demasiados invitados en esta fiesta. Y sinceramente no veo a los del turbante en la el mismo baile que el Tío Tom por mucha rakia que beban por todas las partes."
-"¿Y que te dijo más?, le pregunto Ricardo intentando encontrar la pieza del puzzle que les faltaba."
- “Poco más”, repasaba mentalmente Quijares, “que yo recuerde, no me dejo nada importante. Ya te dije que me anunció más información vía email “cuando sea necesario” creo que dijo textualmente.
- "¿Has repasado si hemos estado allí antes?"
La frase significaba en su argot particular acumulado esos años entre ambos, si había revisado los archivos del ordenador para ver si el Pirata al que suplantaban tenía algún dato o había dejado algún rastro que permitiera determinar si en alguna ocasión había estado en aquella inesperada ciudad.
-"Si, claro que he mirado. Fue lo primero que hice, pues ella me aseguró que pronto me indicarían que comenzara los planes para organizar y quien sabe sin participar en aquel encuentro."
Un perro comenzó a olisquear sus pies y a unos treinta metros una viejecita caminaba dificultosamente con una cadena en la mano y hacía como si no hubiera advertido su presencia.
- "Lo único que he encontrado en esa zona es en relación con Colombia. Pero eso ya lo habíamos visto."
-" La foto de la chica con el bote de cocacola entre las tetas."
- "Exacto, que terminamos relacionando con un intercambio de cocaína por cursos de explosivos para los de Tirofijo, después de descifrar la clave."
-"¿Cómo era?...“Cursos de cocina”."
-" Exacto, veo que lo recuerdas todo. Pero fuera de eso no he encontrado nada. Pero habrá que repasar, porque hay tanto archivo que sin descifrar que no estaría mal darle otra vuelta. ¿Tienes localizada tu copia?"
-" Si, claro. La única conexión que se me ocurre por aquella zona es la de Nicaragua. Pero sinceramente, sigo dándole vueltas a la cabeza. ¿Y si fuera un nombre en clave y no el de una ciudad? ¿O una invención de la tipa esa que te tiene en los huesos? "
Quijares no respondió. Estaba desorientado. Algo no encajaba. Durante todos estos meses había creído que el interés de esa mujer de ojos profundos y labios eternamente a media sonrisa, por estar cerca de él se explicaba por su morbosa curiosidad y su interés en estar al tanto de la rocambolesca historia que, quien sabe si la soledad y la necesidad de aventura de un cincuentón habían creado. Ahora se daba cuenta de que, pasados unos capítulos, ella era la que le tenía que contarle a él por donde seguía este endiablado enredo.
Ricardo sintió pena al ver la cara de desolación de su compañero.
-"¿Qué piensas? "
- "Ella tiene otra fuente Ricardo. Jugó con ventaja desde el principio.No era tan lista"
-" No te agobies por eso. Hace tiempo que sospechaba algo así. Ella toma café en círculos de gente que lo sabe todo."
- "Lo maneja todo."
Ricardo golpeó en el hombro a su compañero.
- "Abre el ordenata y me pones un email y me cuentas. Espabila que tenemos que estar atentos."
La viejecita se alejó con su perro y casi sin hablar, expulsando vaho al caminar, regresaron un poco más perdidos, pero consolados y resignados a seguir remandoen aquella travesía hacia ninguna parte.

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