martes, mayo 02, 2006

Capítulo 10.


La idea de volver a España, aunque sólo fuera por unos días, provocaba en el inspector Quijares una sensación de desazón, acompañada de un tenue dolor, alrededor de un punto intermedio entre el estómago y los pulmones. Dejó atrás tanta ingratitud que el fracaso de su familia le deshizo sus bases vitales y la idea de volver a ver las calles de su barrio o los pasillos de la casa de sus padres en donde finalmente se refugió tras el naufragio, le agarrotaba y le hacía cambiar radicalmente de humor. Por eso decidió inventar una excusa para pasar las Navidades del 2003 en Sarajevo. Unos días en unos baños termales que ofrecían relajación y descanso serían sus vacaciones. Ni siquiera quería dar explicaciones a sus jefes que finalmente , a pesar de todo se enteraron y no hicieron ningún comentario. Después de todo a ellos que más les daba, pensaba sonriendo al descubrir que, como siempre que tenemos una preocupación o una angustia , pensamos ingenuamente que les preocupará también a quienes puedan advertirla o intuirla.Nos sentimos como descubiertos pero a ellos les da igual, por supuesto.
Quedaron en repartirse los archivos que les quedaban por leer. Le tocaron todos los de una carpeta de aquel disco duro que guardaba misterios, que se llamaba “archivos no enviados”. Algunos textos estaban sin rematar. Otros perfectamente elaborados, pero con un contenido no demasiado acorde con lo políticamente correcto dentro de la organización.

“...Y quiero tomar postura expresa en relación con las distintas posiciones que se han expuesto en torno a los acontecimientos revolucionarios de septiembre en Nueva York. Según mi criterio, nada va a cambiar en la sociedad de los EEUU y, si algo cambia será desde luego en la dirección contraria a los intereses de los pueblso subyugados por el genocicio sistemático que la política norteamericana viene ptracticando con los pueblos oprimidos de la Tierra. De hecho , de acuerdo con el análisis político que puede hacerse pasados ya tres meses, la posición de la coalición entre los magnates de la industria armamentista y el capital del lobby judío que ostenta el poder actualmente se ha visto reforzada. Es probable que el ala mas ultracoservador del espectro políco nortemaericano vea ahora justificadas sus posiciones y ponga en marcha planes de invasión de algún pueblo sundesarrolladoque tenga pozos de petroleo en su territorio o sea de interés estratégico. Entiendo por tanto que las posturas de los compañertos que entendieron que los acontecimientos de septiembre darían lugar a ua reacción revolucionaria que pond´ria en crisis el propio sistema capitalista, a éstas alturas pueden considerarse superadas por los acontecimientos.
Por ello debemos enfrentarnos a una realidad que debe ser incuida sin excusa en el curso de nuestros debates y, sobe todo el las estrategias de futuro de nuestra organziación: las sociedades capitalistas han conseguido desactivar cualqueir fecto revolucionario que pudiera derivarse la la lucha revolucionaria urbana. El atentado de septiembre convierte en ridícula cualquier acción armada que nossotros podamos llevar a cabo y , a pesar de ello, no sólo bo debilita la posición de los grupos en el poder , sino que como ya indicabamos antes, las refuerza”.



El Inspector Quijares detestaba el lenguaje simplista y demagógico , con pretensiones intelectualoides de la mayoría de los textos del debate interno en el que se encontraba aquella organziación criminal. Le costaba aceptar que quienes eran capaces de apretar el gatillo a pocos centímetros de la nuca de un ciudadano indefenso , pudieran ponerse a escribir o reflexionar sobre la situación política mundial y se permitieran descalificar a quienes , después de todo habían alcanzado el poder a través de unas elecciones democráticas. Pero de todos los discursos, el del Pirata le parecía más sensato y mejor articulado. De hecho quizas por eso tenía fama de heterodoxo dentro de la organización y, en algunos casos, él mismo ni siquiera se atrevía a enviar sus reflexiones a la organización. Aquellos textos de la carpeta de “no-enviados” le resultaban especialmente interesantes y demostraban que el Pirata, por haber viajado más que todos los demás componentes de las altas esferas de la organización, tenía las cosas más claras. Podia ser tildado en algunas cosas como excéptico o descreído, pero lo cierto es que les venía bien un elemento asó dentro de aquella pandilla de fanáticos de la patria y la revolución. En algún momento Quijares tuvo la sensación de que, a pesar de todo, el Pirata a quien ellos suplantaban desde hacía tres meses, era tenido en especial consideración dentro de la organización despues de los útlimos acontecimientos. A veces, sentía pánico pensando que en cualquier descuido podían ser descubiertos. Los kilómetros que les esparaban de las bases de la organización y sobre todo, el quehubieran abierto una via de comunicación, les permitían un cierto margen de seguridad. A pesar de todo, algunas noches había tenido pesadillas que curiosamente compartía con Ricardo. Ambos soñaban que caminaban por el típico puente de cuerda de las películas de Indiana Jones y , de pronto se desplomaba. Cambiaban algunos detalles del escenario, pero sustanciamente el sueño era similar. Algunas veces Quijares se había visto en medio del oceano con una barca que empezaba a hacer agua. Ninguno de los dos tenía dudas de que la sensación de desasosiego que los sueños convertían en imágenes provenían de ese juego apasionante y peligrosos que habian iniciado con el portatil de un militante terrorista muerto.

“...por tanto, desde luego que no se trata de abandonar nuestros principios y nuestra lucha, sino de adecuarla a las circunstancias históricas que cambian y , fieles a un análisis científico de la historia, reaccionar a tiempo y hacer frente a los nuevos retos , para que nuestro objetivo de independencia , socialismo y libertad para nuestro pueblo sea algun día posible. Una de las líneas de actuación para el futuro puede ser la de utilizar la lucha armada pero adaptar su repercusión pública de la manera que permita un mayor aprovechamiento.Los sistemas falsamente democráticos siguen siendo tan crueles en el ejercicio de la fuerza como las dictaduras más sanguinarias, sin embargo hoy en día no sólo no hacen exhibición de esa fuerza, sino que hacen todo lo posible para ocultarla a los ojos del gran público. Ha pasado el tiempo de las grandes marchas militares o los imponentes despliegues policiales. Si todos los filtros y los controles establecidos fallan y, milagrosamente sale a la luz un caso de torturas en una comisaria, primero lo hacen aparecer como un caso excepcional, y además abren una investigación. Probablemente el responsable último será condecorado a los pocos años, pero ante los ojos de la gente lanzaran la imagen contraria, dirán que lo han expedientado. Eso quiere decir que el ejercicio del poder no requiere ahora hacer exhibiciones de fuerza, aunque por supuesto la siga utilizando y de qué manera, como sufrimos nosotros en la piel de nuestros presos políticos diseminados por la geografía del país que nos impide ser como pueblo. Pero no aparece, no puede aparecer, porque, si hace unas décadas, esas exhibición de fuerza daba legitimidad al que mandaba, ahora, por elcotrario se la quita. Y a esa evolución no podemos sustraernos nosotros. Tenemos que encontrar la manenra de hacer frente a esa nueva situación, por supuesto sin olvidar que el poder esta en la punta del cañón de una pistola, utilizarlo de manera que, consiguiendo el efecto deseado, logrando intimidar los grupos con poder de decisión, aunque esa realidad quede oculta a los ojos de la gente....”

Entre la biblografía frecuentada por el Pirata encontraron algunas referencias relacionadas con sociedades secretas y conspiraciones ocultas de la historia. Había una idea inquietante en todo el discurso. Según él la organización debía alcanzar su madurez en el escenario político y , para eso debía ser capaz de actuar en la sombra. La cosa parecía bastante contradictoria con la democracia asamblearia de la que frecuentemente se enorgullecían. Proponía una División de Inteligencia que gestionara la repercusión pública la lucha armada. A medio camino entre gestapo y departamento de marketing. Desde luego que no era el mejor texto para relajarse en un balneario, pensaba en la sauna cuando apareció en aquella jaula de calor una esbelta mujer envuelta en una leve toalla. Le sonrío al tiempo que apoyaba la toalla en la madera y se acomodaba. Quijares le devolvió la sonrisa y miró la reloj de arena. Era su primera sesión y si ella también estaba sola podían ser unas navidades con muchas nochesbuenas.

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