La inmensidad de la mente humana.
La red permite paseos sin ton ni son que te llevan a los lugares más insospechados. Acabo de descubrir una bibloteca virtual de estudios de una universidad que no importa cómo se llame. Lo que traigo aqui para acabar el año es la constatación del asombroso rango, la inmensa extensión, la inabarcable dimensión de la mente humana y sus preocupaciones.
Deben ustedes saber que Doña María del Carmen Caballero Treviño se ha ocupado y ha escrito con esfuerzo e interés sobre el "Papel del comedor escolar en la dieta de la población infantil de Villanueva de la Cañada", llegando a conclusiones que resultan de gran interés. Casi al mismo tiempo y sin que se conocieran, Ana Carrillo de Albornoz culminó un estudio minucioso denominado "Análisis de los cambios gingivales asociados al embarazo". No se quedó atrás en su tesón analítico Nuria Delgado Navalpotro, que por ello merece aquí nuestro reconocimiento por su trabajo sobre "El hueco como herramienta del trabajo escultórico: la presencia del vacío en la escultura". Incurririamos en un comportamiento inaceptablemente injusto si dejaramos a un lado las horas y horas de concentración en la elaboración de estudio que terminará por resolver algunas preguntas pendientes: "Entorno de simulación para flota de robots orientado a la gestión de malas hierbas en cultivos", de Luis Alfredo Enmi Pizzela. Es mi obligación, igualmente darles noticia del trabajo de Laura Fernández Gibellini cuya lectura les recomiendo y que lleva por título "Lo local en lo global: paradojas postmodernas del lugar". Siempre es posible dejarse alguna obra atrás y que esta reñación sobre la inmesidad de la mente humana se quede incompleta, pero el ningún caso puede dejar de citarse a Carolina Caliñane García, capaz de decir lo que hasta entonces había quedado pendiente en su estudio "Demolición.El libro como materialización de la fragilidad corporal". Finalmente el pasado año nos dejó un estudio que se echaba de menos "Cervantes y la música", que hemos de agradecer a José Lucas Sanahuja.