lunes, julio 31, 2006

La Pandorga.Fiesta popular de Ciudad Real.


El último día del mes de Julio
se ensalza la tradición,
se unen los pueblos
del Coto Manchego
para cantar a su son.

Entre el Prado Viejo y la Catedral
se eleva un largo tablón,
donde por las noches las Agrupaciones
bailan a su alrededor.

Y el Prado se llena,
la gente que espera
la moza y el moscón,
y enaguas se ven
al dar la sartén
el mozo del blusón.

Todas las familias,
desde los abuelos
salen después de cenar,
pa ver al Eusebio, hijo del Brigada
que va a bailar con la Paz.

Y el niño del árbol
ya canta soñando al espectador.
Se ve la Patrona
que al Prado de asoma
por su mirador.

Pandorga, mi pueblo cantará.

Termina la fiesta,
la Virgen se acuesta,
los niños quieren más.
Y el poeta viejo
no encuentra sus versos
para culminar.
Y el padre de ella
le espera en la puerta
para regañar.
La noche el el tiempo
se marchan contentos,
mañana cantarán.

Pandorga, mi pueblo cantará.

Javier Segovia.



En recuerdo y homenaje emocionado a Javier Segovia, poeta y cantautor manchego que me enseñó a ver y a escuchar la música de las cosas pequeñas.
A Alberto y Lourdes con cariño.

viernes, julio 28, 2006

ACTA NOTARIAL.

DILIGENCIA DE INICIACIÓN.- En la Notaria de José Antonio Ridruejo de Guisásola (San Feliú de Guixol) y siendo las 12’35 de la mañana del día 25 de febrero de 2006, se ha recibido llamada telefónica desde el teléfono móvil número 616757899 de quien se identificó como Juan Gómez Espinar, con DNI 3452377 J que manifestó llamar en nombre de su hijo Juan Gómez Rico que se encontraba en esos momentos en la sede del Palacio de Justicia de la localidad, requiriendo mi presencia lo más urgente posible al objeto de levantar Acta Notarial de los acontecimientos que según el requirente están teniendo lugar en aquella sede.

Que de acuerdo con lo establecido en el Reglamento de Actuaciones ( RD 1277/62 de 1 de marzo ) y considerando la actuación solicitada como prioritaria, me personé en la Plaza de Poble Catalá, advirtiendo al llegar al Palacio de Justicia la puerta abierta y junto al Arco de Seguridad un varón de mediana edad muy obeso, uniformado y con un escudo de la empresa de seguridad SEGUSASA profundamente dormido. Tras atravesar el espacio de entrada fui requerido por un varón de unos sesenta años que se identificó como el requirente de mis servicios, a quien acompañé subiendo unas escaleras hasta una primera planta en donde nos manifestó que se encontraba su hijo por encargo de quien procedió a reclamar nuestros servicios como fedatario público.

Seguidamente accedemos a una Sala de Vistas en donde se encuentran varias personas, algunas de ellas togadas, hablando en alta voz, siendo recibidos por quien vistiendo toga con escudo del Ministerio Fiscal nos saluda y tras agradecernos nuestra presencia en el lugar procede a solicitarnos dejar constancia de las manifestaciones que va a proceder a realizar, así como de aquello de lo que tengamos conocimiento directo por nuestra presencia en el lugar.

ACTA DE MANIFESTACIONES Y CONSTANCIA.-
Que por parte del requirente de nuestra presencia y ante mí manifiesta para su constancia:
Que en la mañana del día de la fecha se ha personado acompañado de su padre en el Palacio de Justicia de la localidad de San Feliú de Guixol tras haber sido designado al efecto por sus superiores jerárquicos para la celebración del juicio seguido contra el Sr. Joan Puigseguó conocido por la opinión pública como protagonista de incidente ocurrido en un acontecimiento deportivo de gran relevancia social hace escasamente un mes.
Que en el transcurso del juicio se han sucedido una serie de incidentes que seguidamente narrará que le han llevado a la imposibilidad de seguir desempeñando su actuación en el mismo, requiriendo del Secretario Judicial para que le mostrara el Acta para comprobar si el mismo había hecho constar los incidentes, lo que no ha sido posible al mostrarle el Secretario Judicial una especie de teléfono móvil de grandes dimensiones, con una pantalla en donde manifestó que recoge el Acta pero en donde al aparecer únicamente el último renglón escrito no aparecen los extremos consignados con anterioridad, manifestando que para conocer el texto completo debía extraer el archivo informático en su domicilio que realizaría al día siguiente.
En ese momento es interrumpida la narración de requirente por un varón joven también togado que manifiesta ser el Secretario que muestra el dispositivo informático referido ,si bien en ese momento se encuentra bloqueado.
Hace entrada en a Sala también en ese momento una mujer togada que se presenta como la juez titular del juzgado si bien insiste en que dentro de una semana se va a otro destino, tomando asiento en el sillón que preside la sala.
Por quien dice ser el Fiscal se manifiesta para su constancia que después de permanecer durante unos diez minutos sentado en su lugar, mientras el denunciado charlaba con una persona situada en las bancadas previstas para el público, el letrado de la defensa leía un periódico y el secretario mantenía una conversación íntima en voz baja con el agente judicial.
En este momento, un joven que viste camiseta ajustada color negro interrumpe el relato con expresiones a viva voz “¡homófobo! ¡machista asqueroso!”, siendo calmado por quien se identificó como Secretario lo que permite continuar la presente toma de manifestaciones para su constancia.
Sigue diciendo que pasados diez minutos aproximadamente solicitó a la Juez que presidía el Acto que procediera a dar comienzo en tanto estaban presentes todos los convocados, a lo que aquella accedió, pidiendo a los presentes que guardaran silencio y comenzaran, sin que inicialmente hicieron caso.
Que después de nuevos requerimientos a la media hora aproximadamente comenzó el juicio con el interrogatorio del denunciado . Que si bien esto fue inicialmente posible, el denunciante desatendía reiteradamente el contenido de las preguntas, al tiempo que mientras la Juez escribía en unos folios ajena al desarrollo de la vista, la conversación entre el Secretario y el agente judicial elevaba progresivamente el tono de voz, siendo el desarrollo del interrogatorio difícil casi imposible, interviniendo en el mismo incluso y en reiteradas ocasiones el joven que ocupaba los asientos del público, reclamando al denunciante para que contestara en el idioma catalán.
De nuevo el relato es interrumpido por el joven de camiseta negra al parecer Agente Judicial del Juzgado que increpa al manifestante llamándole “¡españolista!”, al tiempo que el denunciado, junto con el joven del público y el varón de mediana edad que manifiesta ser Letrado de la defensa, de forma coordinada y a coro golpeando los estrados corean al unísono “¡exageració! ¡exageració!”. Que son requeridos por el Notario actuante para que depongan su actitud lo que finalmente hacen al romper a llorar la que se identificó como titular del Juzgado, manifestando el Secretario Judicial que aquella estaba atravesando una depresión los últimos dos años.
Que continúa el relato manifestando que a pesar de intentar continuar el interrogatorio del denunciado éste resultaba imposible, momento en que el Letrado de la defensa vuelve a interrumpir al manifestante, llamándole “¡fascista1” y aludiendo a que cada uno puede optar por la estrategia defensiva que estime oportuna, siendo reconvenido por el Notario actuante para que permita concluir el relato al requirente.
Que continúa diciendo que va a resumir lo ocurrido, si bien resulta difícil escuchar lo que nos manifiesta quien se identifica como Fiscal, pues a la conversación en alta voz que mantiene el abogado defensor con el cliente y el joven del público ,debe añadirse en éste momento las risas y gritos que el joven de la camiseta negra identificado como Agente Judicial y el varón togado que dice ser el Secretario provocan, siendo requeridos para que mantengan la calma al perseguirse por entre las bancadas del público moviendo las banquetas con gran estruendo.
Que requeridos guardan por un momento todos silencio.
El requirente nos manifiesta entonces que quiere terminar, que simplemente quiere dejar constancia que en esas condiciones le resulta imposible cumplir sus funciones y que quiere dejar constancia notarial al objeto de cubrir las responsabilidades por su decisión de abandonar el lugar En ese momento de nuevo empiezan los gritos y las imprecaciones, actuando en coro los presentes excepto al jueza que sentada en su sillón de presidencia de la sala ha comenzado de nuevo a escribir sobre unos folios. Que mientras se produce el abucheo del requirente y su padre salen de la Sala y ya en su exterior les manifiesta que le agradece su presencia.
Que no teniendo más que manifestar se da por concluida la presente firmando el Notario actuante junto con el requirente.



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miércoles, julio 26, 2006

Con un cierto temor.


Leo asombrado un artículo que firman John J. Mearsheimer del Department of Political Science University of Chicago y Stephen M. Walt de John F. Kennedy School of Government Harvard University fechado en March 2006 RWP06‐011, y me decido a divulgarlo aquí. Sinceramente , con un cierto temor.
"In addition, Washington provides Israel with consistent diplomatic support. Since 1982, the United States has vetoed 32 United Nations Security Council resolutions that were critical of Israel, a number greater than the combined total of vetoes cast by all the other Security Council members.7 It also blocks Arab states’ efforts to put Israel’s nuclear arsenal on the International Atomic Energy Agency’s agenda.8"

martes, julio 25, 2006

Capítulo 14.

Las calles destartaladas de aquella extraña ciudad se llenaron de nieve una noche de febrero. Desde la ventana de su apartamento Quijares comprobó que allí la gente recibió el manto blanco y uniforme sin aspavientos, casi con indiferencia. Con el paso de los días los caminantes dibujaban sus senderos en las aceras y el resto de la blanca alfombra quedaba intacta. El parque dejaba ver en sus praderas los itinerarios habituales que se cruzaban entre sí y mostraban un recorrido uniforme y disciplinado. Recordaba algunas nevadas de su infancia y cómo los chavales en pocas horas dejaban pisoteada la superficie nevada sin resquicio alguno. "Dudo mucho que en ninguna ciudad de España la gente atraviese las praderas de un parque de una forma tan uniforme como lo hacen aquí; parecen tristes y aburridos hasta para eso", pensó con su naríz pegada al cristal mientras contemplaba las primeras luces de las farolas y los letreros luminosos de los escasos comercios de la calle, cuando apenas era la hora del café de después de comer. El frió de las últimas semanas les había retraído y el grupo de internacionales había reducido las salidas. Incluso suspendió en alguna ocasión las carreras de footing con Ricardo. Desde que llegó a Sarajevo, hacía ya casi nueve meses, no había tenido ninguna noticia de quien había sido su mujer durante más de veinte años. Una vez a la semana hablaba con su hijo Javier que "le-contaba" la marcha de sus estudios de periodismo y "no-le-contaba" nada de su madre. Y cada vez, lo que "no-le-decía" llenaba más en el auricular que lo que le escuchaba contar, a veces sin atenderle realmente ni enterarse de lo que le comentaba, intentando imaginar si al lado de él estaba ella escuchando la conversación. Sentía nostalgia de los años en que se sintió acompañado y le constaba entender exactamente como se había desmoronado aquella relación. Pasaban los meses y el silencio o quizás la distancia habían agrandado los buenos momentos que pasó junto a aquella mujer que un día le dijo que quería rectificar el gran error de su vida y empezar a vivir sin él "ni en mi vida, ni siquiera en mi mente". Podía escuchar aquella frase y su sonido exacto.El tono agrio y educado de su voz, acompañando la frase con el gesto casi meticuloso con el que habitualmente sacaba un cigarrillo rubio de la pitillera, siempre un poco escondida en su bolso de piel marrón. Nunca había hablado con nadie de su triste historia matrimonial aunque en alguna velada a solas con Esther había tenido la tentación de contarle algo.
La noche había invadido defintivamente la calle y los cristales empañados habían convertido la imagen de la ciudad en manchas de color pastel que, al parar lo coches en el semáforo se inundaban de rojo fresa. Había quedado en llamar a Ricardo para confirmarle si se uniría al grupo para asistir a un concierto de Kirten Humbold, pero la nieve de la calle y la llegada silenciosa de la noche le habían evocado recuerdos que le dejaron paralizado aquella tarde de sábado. La verdad es que ya ni siquera hacía falta llamar para decir que no iría.
El día a día de sus cursos le ocupaban las semanas con un cierto grado de tensión derivada de las continuas improvisaciones que la informalidad de las autoridades de aquel país le provocaban. Se había acostumbrado a que todas las programaciones fueran ignoradas y ya no se sorprendía cuando la interprete le traducía un correo electrónico en el que le comunicaban que la unidad que tenía que acudir a la conferencia del día siguiente había tenido que ser sustituida por otra por cuestiones de organización policial. "Seguramente a ésta gente le parece que si aceptan los horarios que les programos pierden algo de su independencia o se sienten algo colonizados", pensaba buscando una explicación. Pero lo que realmente había convertido su vida en una película de acción, haciendo que perdiera la dimensión de los días y las semanas, había sido sin duda la inquietante situación derivada del hecho de haberse quedado con un ordenador personal de un terrorista. En momentos de reflexión, en el silencio de su pequeño cuarto de estar , ahora completamente a oscuras, sentía cansancio por lo ocurrido y miedo por la incertidumbre de lo que podría pasar: si puidra volver atrás, hubiera preferido no haberse quedado con aquel pequeño laptop. Le daba vértigo repasar los acontecimientos y culpaba a Ricardo de no haber puesto fin a aquella sucesión de imprudencias. Y es que Ricardo le desorientaba absolutamente. No podría asegurar cuanto había en su comportamiento de valiente asunción de responsabilidad casi heroica, al advertir y aprovechar una posibilidad que el azar le había regalado para hacer un servicio a la patria penetrando en la organización criminal que más sangre de sus conciudadanos había derramado, y cuanto de insensatez o búsqueda incosciente de sensaciones fuertes o emociones, como las que busca el que se sube a la atracción de riesgo de la feria o se tira desde un acantilado.
Quijares , recostado en el sofá y sin apenas fuerzas ni ganas de levantarse para encender la luz de la lampara de pie, repasaba la conducta de Ricardo y no podría decir si se trataba de un tipo especialmente inteligente o tan limitado intelectualmente que no era capaz de darse cuenta de los peligros del camino que estaba recorriendo. Había empezado, hacia un par de semanas, una relación intensa casi explosiva con Collin, la médico irlandesa de color que trabajaba para una ONG francesa, y eso les había alejado un poco, dejándole algunas tardes con soledad suficiente para recapacitar sobre lo que estaban haciendo. Quería haber empezado a escibir un diario para ordenar un poco su mente y quizas aquella tarde invernal era un buen momento. Se levantó y finalmente encendió la lampara sintiendose en un instante deslumbrado. Buscó el cuaderno que debía ser su diario y en el cajón apareció la tarjeta de Svetanova Bostokieva. Entonces decubrió que además de la triste historia de su fracaso matrimonial que aún sentía como una mala disgestion en el fondo de su estómago, la aventura como espía por cuenta propia que aceleraba su corazón, y sus funciones dirigiendo cursos de formación para policías de un extraño país que aprendía no ser occidental, que le daban cierta coherencia y normalidad a su vida, se había olvidado de que tenía ahí como un billete en el bolsillo de un viejo pantalón, la extraña historia de una mujer que se despidió de él con una frase enigmática: " se quien eres" . No tuvo tiempo para que le aclarara aquella frase. Ni siquiera había tenido tiempo para comentar detenidamente aquel detalle con Ricardo. Ahora tenía en sus manos la tarjeta que le entregó al tiempo que pronunció aquellas palabras y después de comprobar que sólo eran las siete y veinte de la tarde, cogió el teléfono y se decidió a marcar.

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jueves, julio 13, 2006

Hacia una nueva era.


Gracias al desarollo de la cibernética en los últimos cincuenta años, cada día tienen lugar cientos de miles de transacciones comerciales entre las bolsas de Tokyo , Nueva York o Madrid. Ingentes cantidades de dinero cambian de manos en milésimas de segundo a través de redes cibernéticas. Gran parte de la explicación de lo que ocurre en el mundo se esconde en esas misteriosas conexiones entre los centros del poder económico de la Tierra. Sin embargo, el sistema que da soporte a ese mercado mundial, se basa en unas reglas, aceptadas por todos, que establecen basicamente una previsión ante comportamentos indeseados que de una parte asegura el daño previsible y de otra expulsa del sistema al infractor. Dentro de ese mecanismo no hay tiempo para discutir sobre culpabilidades o inocencias, para buscar equilibrios imposibles, o para entretenerse con esa idea inaprehensible de la Justicia. Es un modo de organización superior, más allá de la idea del castigo o la condena.
Para extender los criterios fundamentales de esa forma eficaz y distinta de organizarse a nuestras sociedades tendríamos para empezar tendriamos que estar de acuerdo en la abolición del sistema vigente para castigar al infractor a las reglas establecidas. No parece difícil aceptar que en realidad las sanciones ahora recaen en el más débil, no en el más infractor, y que en última instancia, la prisión satisface una atávica necesidad de chivo espiatorio, pero resulta practicamente inútil para los fines que dice perseguir. Es decir, el sistema vigente no consigue las finalidades que lo justifican y provoca un dolor innecesario en sus destinatarios habituales deslegitimandose progresivamente.

Ya, todo eso es muy interesante, incluso ingenioso, pero ¿ qué hacemos con el tipo que te quita la cartera a punta de navaja ?


Hay respuestas. Es obvio que ha quebrantado una regla acordada y que el sistema debe prever una respuesta para esa situación.Pudiera ser en primer lugar devolver al afectado el dinero que perdió por un defectuoso funcionamiento del sistema que paga con sus impuestos y que debe proteger su integridad física y patrimonial.
Después, identificando el autor de forma técnicamente rigurosa y cierta, pueden imaginarse distintas reacciones: trabajar para el afectado por el valor de daño ingringido ( lo que une en un acto sanción y reparación), implicar a un tercero en su cambio de comportamiento ( lo que refuerza relaciones de colaboración y corresponsabilidad entre cercanos) o ponerle una pulsera que con un simple chip dejará constancia cierta de sus movimentos( lo que le identifica en sus nuevas infracciones para disuadirle de posteriores intentos). Están ya descritas y son objeto de estudio otras muchas respuestas.


Lo que ahora ocurre es que el afectado no sólo no es compensado sino el sistema le infringe nuevos perjuicios añadidos. Por su parte el autor, identificado mediante un sistema lento y altamente inseguro atascado en disfunciones que incrementan cada día el riesgo de error, es introducido, tras un proceso costosísimo y aparatoso, en un circulo crimonógeno que le inducirá a nuevos y perfeccionados quebrantamientos de las reglas, procurando aumentar las posibilidades de de impunidad, hasta convertir éstos en una forma de vida.
Superando la idea de culpa y castigo aparece un horizonte nuevo en las formas de organización social, capaz de marcar el inicio de una nueva etapa en la historia del hombre.

martes, julio 11, 2006

(Lección de Historia).Diario de un paranoico razonable.(5)



¿Recuerdas el sentimiento, la sensación interior que tuviste aquel día que viste un balón en el escaparate e imaginaste que podía ser tuyo si lo pedías a los Reyes Magos o te lo regalaban por tu cumpleaños? Algo así cómo ansiedad para que llegue el día, desconsuelo por no-poderlo-tener-aún y, después satisfación, habitualmente efímera, por haberlo conseguido. Sigue la vida y ocurre cuando compras el primer coche. Es como un veneno interior que focaliza tu deseo en algo que quieres poseer.
Algo parecido, en relación con los territorios, ha motivado gran parte de los actos de los poderosos de todas las épocas.Para los de abajo del escalafón resulta difícil de imaginar, sin embargo, ese deseo por peseer nuevos territorios explica gran parte de nuestra historia. Tienes que pobar a imaginarlo. Sal con el coche a las afueras de tu ciudad, encuentra un lugar alejado y mirando fijamente las montañas o la llanura, las encinas o el olivar, el horizonte hasta donde llega tu mirada, imagínate que aquella tierra pudiera ser tuya. Piénsalo otra vez: que aquella tierra pudiera ser tuya. Es un juego, pero se trata de entender un sentimiento habitual en algunos hombres, cuyos nombres están escritos en las calles, su silueta ecuestre preside el parquecito y su fecha de nacimiento está escrita en los libros de historia. Tómalo como una prueba para tu capacidad de imaginar, pero no te olvides que ese sentimiento, esa pulsión, ha destrozado vidas y bañado de sangre la historia del hombre. Por eso no tiene ninguna gracia, aunque está bien conocerlo, tener en cuenta ese hecho, asumir nuestra ridícula condición.
No sé si el primer día de clase o quizás como lección final, pero en algún momento del curso habría que contarles a nuestros niños esta simple y triste realidad, en la clase de la asignatura de Historia.
Ya sé que es ridículo. Para qué poseer, ser dueño de todo aquel territorio, si apenas podían abarcarlo con la mirada para si quiera disfrutarlo. Es igual; "para qué" es otro tema. Buscaron justificaciones en ideas religiosas o intereses económicos, pero en realidad eso es lo de menos.
También tu, debajo de tu cama acumulaste en un cajón aviones, pistolas y pelotas por las que un día lo hubieras dado todo y en cinco minutos olvidaste.
Somos así.

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jueves, julio 06, 2006

De la igualdad de sexos.



Después de una entrevista condescendiente y divertida en la que Jesús Quintero en varias ocasiones pretendía inducir alguna respuesta del tipo "el mundo está fatal", "todo es un desastre", Antonio Escohotado se resistió y a pesar de su crítica directa y profunda de la sociedad de nuestros días, afirmó una y otra vez su opinión optimista respecto de la evolución de la humanidad, su fe en el progreso. Para terminar, el conocido entrevistador, convertido hace tiempo en un mal imitador del periodista-distinto que un día fue, le lanzó el enésimo capote envenenado:
- " Me reconocerá, Sr. Escohotado, que actualmente ya no se puede decir a una mujer, qué culo tan bonito tienes".
Entonces, con ojos divertidos y voz profunda contestó el filósofo:
- "Es cierto Sr. Quintero, pero al mismo tiempo que eso ocurre, ellas se bajan cada vez más la cintura de sus pantalones, hasta enseñarnos casi la raja del culo".

Ofreció seguidamente una explicación. La nueva posición de poder de la mujer en nuestra sociedad ha dado lugar a un cierto retraimiento del hombre, lo que obliga a aquellas a exacerbar sus reclamos para conseguir la atención que el varon asustado ha perdido.

El Hombre y la Mujer, otra vez el Gran Tema.
He pensado en aquella conversación paseando por la calle, mirando la gente cruzando el semáforo desde la moto o escuchando alguno de los subproductos culturales que la televisión te propone al caer en el sillón de casa. Se me ocurre que con la progresiva reducción del tamaño de la ropa, la mujer desvela una necesidad de ser mirada por el hombre, creciente en nuestros días, que pudiera expresar una dependencia que impide su posición igualitaria con el hombre, ambos, en todo caso, personas. Es desde dentro de la mujer, curiosamente desde donde nace el problema. Siglos de inferioridad impuesta han calado y aparecen ahora interiorizados. No sé si ese sentimiento íntimo de dependencia es tenido en consideración en campañas a favor de la igualdad. Me temo que es más fácil buscar las culpas en el pérfido machista que impone su dominio por la fuerza bruta o con argumentos falaces y rebuscados como los que acabo de exponer.

domingo, julio 02, 2006

Una canción y otra vez, mi invitación.

Qué es una canción, dónde reside el secreto. Por qué es capaz de decirte tantas cosas, que ni siquiera estaban en la letra. Cómo será el resorte que tenemos dentro y que cuando escuchas esa precisa canción se estremece y siente. Y qué es lo que realmente sientes, cómo podría definirse, a qué podría compararse. Cómo nace una canción, dónde estaba. Cómo serán las canciones que aún no he escuchado y que serán , otra vez, decisivas, inolvidables.


Woman. TE INVITO. Something. A ESCUCHAR UNAS CUANTAS.La mujer que yo quiero.CANCIONES QUE HE.Imagine.PREPARADO CON ARREGLOS.Your song. DEL ORDENADOR.Wonderful tonight. ES UN REPERTORIO .Penélope.VARIADO CON CANCIONES.Algo personal. DE SERRAT, BEATLES, ELTON JOHN.Saling.ROD STEWART , PAUL SIMON.Fifty ways to leave your lover.QUE SEGURO QUE CONOCES Y HACE TIEMPO.Sólo pienso en ti,QUERÍAS ESCUCHAR.

JMCALEROMA
En concierto
PUB M3. Torneo 22, SEVILLA.
MIERCOLES 5 DE JULIO 2006

23’00 H.
Y si estuvieramos hechos de canciones.
Cingular Cell Phones
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